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Blog de Bruno

Sandra Bruna Agencia Literaria

UNA FERIA MÁS, UNA NUEVA EXPERIENCIA

Autor: Sandra Bruna jueves 12 abril 2018

Esta semana estamos en la feria de Londres y vender derechos de libros en una ciudad como esta es un privilegio. Ver de nuevo las caras de los diferentes editores del mundo, muchos de ellos ya amigos, y poder conversar cara a cara con ellos y ver cuando de verdad se han enamorado de ese autor por el que tanto hemos trabajado para hacerlo viajar a otras lenguas, es extraordinario. Sin embargo, traducir al extranjero a los autores es una de las partes más delicadas de este trabajo, y no es fácil, porque según la maniobra que haces es pan para hoy y hambre para mañana. Entiendo que la ilusión de todos ellos es verse traducido en cuantas más lenguas mejor, pero hay que saber dónde vendes y cómo vendes, para que haya trayectoria, recorrido y esa venta no quede en una anécdota.

Este año, Londres ha sido una feria especial porque hemos celebrado que Francesc Miralles y Héctor García han sido traducidos a 42 países, pero hemos consolidado esos enlaces con cada uno de los editores en la feria y fuera de ella, con un evento en una teteria japonesa, donde los autores explicaron su nuevo proyecto. Nos vamos ya con mucho trabajo, pero también debo decir que hemos visto a nuevos editores, que siempre es ampliar el radio de venta, y hemos arraigado a autores literarios, que siempre cuestan más de vender en el mercado internacional, con sus editores, como es el caso de Alejandro Palomas o Care Santos, que tienen editores fieles que quieren que sus libros no sean una prueba sino ir traduciendo cada novela que escriben porque ya se están ganando un público en cada país. Eso es difícil pero no imposible, aunque se necesita mucha calma, paciencia y tiempo.

Tenemos ilusión con todas las novelas de nuestro catálogo.Y creemos que cada una puede tener su camino y su espacio, pero no siempre es un proceso inmediato y rápido, pero sí es un trabajo de constancia, la cual no nos falta, y estoy segura que saldrán muchas oportunidades porque no vamos a dejar escapar ni una.

Volvemos con la maleta llena de trabajo pero con ganas de trabajar a tope para que este catálogo vuele alto. ¡Allá vamos!

LAS EMOCIONES MANDAN

Autor: Sandra Bruna jueves 5 abril 2018

Las emociones son un gran tema en el mundo que vivimos, dado que muchos de nosotros dudamos a veces si expresarlas o no. Desde pequeña siempre me ha gustado expresar lo que siento, abrazar, besar, tener contacto con las personas. Mis hermanos siempre me decían que era pesada porque siempre que podía se me escapaba una caricia o un achuchón. A medida que me he hecho mayor, es curioso, pero me cuesta mucho más expresar lo que siento y lucho contra eso, ahora que soy consciente de ello. Ha habido una etapa, que no lo he sido, y por esta razón he intentado controlar las emociones hasta el punto de no sentirlas, y aquí es donde no quería llegar y dije basta. Creo que saber decir un “te quiero”, dar un beso sentido, o un abrazo de los de verdad, es algo que no deberíamos reprimirnos nunca, y después de una temporada donde la coraza ha tapado las emociones, no es fácil volver a destaparse pero hay que intentarlo porque perder el sentir, es perderlo todo.

Gaspar Hernández es un erudito de las emociones y su nueva novela apela directamente a ellas. LA MUJER QUE NO SABÍA LLORAR editada por Destino y Columna y que sale hoy al mercado, es la historia de una mujer que bloqueó sus emociones hasta el extremo de que no podía llorar, en modo alguno. Ni, por ejemplo, durante los funerales. Ni tampoco viendo dramas en el cine. Ni intentando evocar la emoción de la tristeza. Un bloqueo colosal. Siendo, como era ella, sexóloga -una de las primeras sexólogas, en una época en la que el sexo aún era un tabú-, compensaba su bloqueo emocional en la cama. El sexo como una escapatoria o como una huida hacia delante. Una mujer insaciable. Pero el sexo es una forma de energía vital. Tiene una dimensión espiritual. El sexo practicado de manera consciente, puede ser un camino hacia el despertar. Y NO SÓLO EL SEXO, sino cualquier cosa que hagamos en la vida poniéndole consciencia, nos va a abrir los ojos y el corazón.

El narrador, alter ego del autor, de LA MUJER QUE NO SABÍA LLORAR conoció a la sexóloga, Daniela Costa-Pau, cuando tenía diecisiete años y era becario de un diario de provincias. Editaba los artículos de la sexóloga y acabaron siendo amantes. Fruto de aquella relación, él conoce la historia de ella, una historia fascinante sobre la sexualidad y la liberación sexual, la alta sensibilidad y las emociones reprimidas, la Ayahuasca y la verdadera dimensión de las personas. Como ya hizo en sus anteriores novelas, EL SILENCIO, un auténtico bestseller con más de 60.000 ejemplares vendidos, y con LA TERAPEUTA, Gaspar Hernández explica cómo las emociones nos afectan en nuestras vidas, pero en vez de escribir un ensayo, nos lo cuenta a través de una trama que nos engancha, nos enamora y no nos deja indiferentes. Como todas las novelas de este autor, que ha conseguido hacerse un lugar en el mercado como gran novelista, con tres libros que se leen por separado pero les une algo muy especial como las emociones y la gestión de las mismas, estos hacen que los personajes se muevan de una u otra manera, como nos pasa a cada uno de nosotros en el día a día. Gran novela, gran tema para reflexionar y una historia de amor que te atrapa de principio a fin, para todos los públicos que buscan una novela bien escrita pero que no sea más de lo mismo, esta es la que no deben perderse.

UN LIBRO, UN AMIGO

Autor: Sandra Bruna jueves 29 marzo 2018

Esta semana ha sido la Feria de Bolonia, hacemos un pequeño break, y volvemos para afrontar Londres. En mayo viajaremos a Nueva York y a la Feria de Madrid, así que nos esperan grandes cosas, estoy segura. En nuestra maleta, nos llevamos a nuestros autores y sus novelas para que viajen con nosotras y poder encontrar editores de todo el mundo que se enamoren de nuestro gran catálogo, y junto a ellos está nuestra ilusión, nuestras ganas, nuestro trabajo, para encontrar un buen lugar para cada uno. Esto se consigue con paciencia, ya lo sabemos, pero viajamos en el tren del todo es posible porque confiamos plenamente en lo que tenemos. Así que buen descanso de Semana Santa y a la vuelta, energía positiva a tope, que nos espera una maratón con sprint final en el que vamos a por todas, muy entrenadas y con la mejor compañía; nuestros libros.

Aquí, nuestros catálogos para que nadie se quede sin recomendación lectora este break y, los catálogos que hemos preparado para Bolonia y Londres (dedicados a los editores que están buscando the best books).

Feliz descanso y recordad que el mejor compañero de viaje es un libro, o más de uno.

SIEMPRE CONECTADOS

Autor: Sandra Bruna jueves 22 marzo 2018

No cabe duda que las redes sociales hoy en día son una vía de comunicación para los adolescentes y los que ya no los somos tanto. Incluso pienso que a veces las usamos demasiado, porque estamos perdiendo el diálogo cara a cara, el escucharnos. Todo se dice través del teléfono, pero modo escrito, a través de una pantalla, pero sin mirarse a los ojos y sin dar la cara. Por escrito y sin la persona delante, todo parece más fácil pero eso es una arma de doble filo, porque lo que queda escrito, se queda, y no se lo lleva el viento. Además esto conlleva perder esos momentos que tanto disfrutábamos como el quedar con los amigos por teléfono, que te llamasen para felicitarte por tu cumpleaños… ahora solo vale el WhatsApp o Instagram. Cuesta oír la voz de alguien incluso en el trabajo, pues la mayoría de cosas se tramitan por email, que está claro que es más rápido, pero se pierde la calidez, la proximidad y poder sentir a esa persona como más cercana. La palabra, el tono, nos pueden ayudar a conseguir muchas cosas que el email no puede conseguir. Las pantallas son frías y hacen que nos volvamos un poco igual que ellas.

Por eso, la novela DESCONOCIDOS de David Lozano pretende dar la visión positiva y la negativa de las relaciones que se pueden establecer a través de las redes. Para Lara y para Wilde todo tenía que ser perfecto, su primera cita, después de estar un par de meses chateando. Esa noche se conocerían en persona, la misma noche que la inspectora Irene Castells investiga la muerte de un chico con la cara destrozada y una fotografía en su chaqueta. David Lozano jugará con el lector y estos personajes para llevarnos a un terreno pantanoso del que el lector no podrá salir, ya que este libro es un auténtico page turner, como dicen los americanos, porque quieres saber lo que pasa en la próxima página, si ambas historias tendrán relación o caminan en paralelo y además, es una novela que se hace corta, el ritmo es trepidante y sus inteligentes giros para dar esa visión panorámica de lo que significa estar siempre conectados la hacen absolutamente genial. Un Premio Edebé merecido para un gran escritor con una novela que gustará a los jóvenes, sin dudarlo, y a los mayores también. Una novela de hoy que entretiene por encima de todo pero que también muestra el abanico de lo que está pasando en nuestra sociedad donde un like más o menos hace mucho daño. Gracias David por saber hacer un thriller tan voraz con el cual también se aprende.

LOS NIÑOS DEBERÍAN SER SIEMPRE FELICES

Autor: Sandra Bruna jueves 15 marzo 2018

Esta semana las redes sociales se han llenado de peces que buscaban a Gabriel, el niño desaparecido en Almería. Han sido unos días que muchos de nosotros hemos estado pendientes de este caso, que lamentablemente no ha tenido el final que todos estos peces deseábamos. El corazón se me encoge cuando pienso lo que tiene que ser perder a un hijo, no creo que haya cosa que pueda ser peor, y admiro a estos padres que en una situación límite han sabido pedir calma y no odio. Los niños son vida y no tienen maldad innata, por eso no deberían sufrir nunca, nadie debería sufrir, pero menos un niño pequeño. Se debería poder vivir sin miedos, felices y en un mundo mejor, del que somos responsables, en parte, y creo que tenemos la responsabilidad de enseñarles a construirlo desde la humildad, la honestidad y la no violencia.

Por esta razón, al leer la novela de Empar Fernández, IRINA, también sentí esta sensación de «dolor» al ver lo que algunos niños tuvieron que sufrir entre 1937 y 1939 con el exilio para evitar el infierno de la Guerra Civil. Muchos de ellos fueron acogidos por la fría Rusia, y tuvieron que empezar allí de cero, con la mala pasada de que al poco tiempo empezaría la Segunda Guerra Mundial y tendrían que revivir el dolor, la guerra, y el desamparo que les marcó para siempre, sin merecerlo. Tuvieron que vivir una situación y superarla, separándose de sus familias hacia un destino incierto. La historia de Irina te llega, te culpa, te supera, es un trocito de historia desde la mirada de una niña de tan solo ocho años que debe superarse a sí misma y vivir en un mundo cruel. Pero también, un mundo que le da un nuevo hogar, un sitio, aunque sea uno que no es elegido. Irina es uno de esos personajes que queda en la memoria del lector, como nos quedará a todos en la mente la sonrisa de Gabriel. Ojalá podamos vivir en un océano lleno de todos estos peces buenos que sólo buscan vivir felices, en paz, y en un mar transparente dónde el odio no exista y sí el compañerismo, la unión y las ganas de poder construir este mundo mejor. Cómo en la época de IRINA, que existió solidaridad por parte de algunos países, a pesar de que la situación y el entorno no siempre fueron buenos, ni todos los niños, desgraciadamente, tuvieron el mismo destino plácido que merecían. Gran novela de Empar Fernández, que como siempre sabe cómo contar una historia dura de una manera elegante y hasta cariñosa que nos hace vibrar y nos toca hondo.



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