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Los colores del otoño

Autor: Bruno jueves 25 octubre 2012

Estamos ya a finales de octubre, casi nos hemos ventilado un mes del otoño, estación melancólica donde las haya, después del bullicioso verano, pero que tiene encanto. Confieso que antes era una estación que me deprimía un poco, porque no me gusta que oscurezca temprano, porque soy muy friolera y prefiero el calor,  pero en cambio, ahora le veo las cosas positivas del otoño, como los colores marrones de las hojas de los árboles, sobre todo en la montaña, que en esta época de castañas es realmente especial, desprenden magia. También, lo bueno del fresquito es que invita a quedarse más en casa con los tuyos, a reuniones con amigos y familiares en el hogar, a alargar las sobremesas, que siempre dan pie a charlas, en definitiva, a comunicarnos, que como ya hemos dicho varias veces, cada vez la comunicación es menos y deberíamos intentar potenciarla. Y cómo no, también apetece, y mucho, estirarse en el sofá con un buen libro y adentrarse en ese mundo mágico de las letras y no parar hasta terminar, si es que puedes y te dejan. Así que a quien el otoño le deprima un poco, que piense en esas tres o cinco cosas positivas que hará este trimestre, y seguro que lo ve de otro modo. Mi recomendación de esta semana es el libro de Margarida Aritzeta, EL GORG NEGRE, que nos descubre el Montseny y las criaturas que viven en él, que forman parte de la leyenda histórica, a través de una aventura apasionante. Alba, atormentada por las pesadillas sobre su hermano desaparecido, abandonará la casa de Gualba para ir a buscarlo y se verá inmersa en un mundo fantástico, y también muy peligroso, en el que vivirá grandes aventuras y encontrará amigos, pero también seres con los que el enfrentamiento será inevitable.

Y hoy, la primera gran historia de la que os quiero hablar como Blancanieves Cazalibros, es LO QUE QUEDA DEL DÍA, una película dramática de 1993 dirigida por James Ivory y protagonizada por Anthony Hopkins y Emma Thompson cuyo guión, escrito por Ruth Prawer Jhabvala, es una adaptación de la novela homónima de Kazuo Ishiguro.

3 Responses to “Los colores del otoño”

  1. Rebeca dice:

    Querido Bruno.
    Yo soy un poco diferente a ti. A mí el verano me deprime y el otoño saca lo mejor de mí. Me inspira para dejar fluir las letras, el verano también, pero quizá me sienta más cerca del otoño, por mi forma de expresarme y porque nací entre sus brazos.
    Me gustan los días grises, la lluvia tras la ventana, soporto mejor el frio que el calor. El calor me agobia mucho, me irrita xD

    Estoy deseando conocer ese Bruno Blancanieves. Los cuentos no solo son para los niños, sino también para los adultos que todavía guardan un poco de inocencia dentro de sus corazones.

    De sus primeras recomendaciones…ya me he leído dos!jejej xD

    Un abrazo muy grande!!!

    Rebeca.

  2. Cosnava dice:

    Qué grande eres, Blancanieves Cazalibros 😉

    Que el otoño nos traiga esos días de recogimiento en casa de los que hablas, a la luz del hogar, plataforma de unas Navidades sin carbón y de todos los regalos que nos merecemos y para los que hicimos méritos en el resto de estaciones.

    Un abrazo!!!

  3. RGasch dice:

    Buenas noches Bruno:

    Hablando del Otoño, no he podido resistir la tentación de contestarte ahora, puesto que de siempre ha sido mi estación favorita. Para los pintores como yo, la paleta infinita de «La tardor», nos adentra en un mundo maravilloso donde los colores amarillos , ocres, rojos…
    cálidos en fin, se entremezclan y nos producen la sensación de entrar en un nuevo Paraiso que se repite cada año, pero que cada año es diferente. No se si lo sabìais pero, al llegar esta estación, un árbol o un matorral nunca adquiere los mismos colores de un año respecto a otro y este es precisamente el encanto del otoño : la variedad dentro de la discreción ,de una epoca tranquila que a mi me encanta.
    Pero es que además recomendaís GORG NEGRE, este libro que habla del Montseny y que yo ya tengo en mi lista de prioridades. El Montseny es mi tierra y conozco esta montaña como la palma de la mano. En otoño , ir a buscar «bolets» (Pinatells, Rovellons, Gìrgoles, Russinyols, Carlets y muchos otros), junto con las castañas, los madroños o «els lladons», era una de mis aficiones favoritas que compartía con mi madre y mi abuelo. En aquellos tiempos inolvidables lo primero que veia al levantarme, era «mi» montaña saludándome desde la lejanía.

    Bien, estaría escribiendo horas y horas sobre el Montseny, pero prefiero dejaros un par de imagenes de mis cuadros donde precisamente se reproducen estos colores fantásticos de otoño, que en el Montseny tienen su mejor expresión.

    Un abrazo muy fuerte

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