Blog de Bruno

Andrea pinta desnudos utilizando técnicas que priman lo sensorial por encima de lo racional y mantiene con su modelo una relación sexual inmersa en una espiral de violencia. Pedro es un ambicioso ejecutivo que trabaja en un grupo editor de revistas y trafica con secretos de empresa. Malú ejerce de madre entre los primates que cuida en un zoológico, incapaz de tener sus propios hijos. Simbolizan los instintos básicos: la pulsión violenta, la alimenticia y la reproductiva, en un universo contemporáneo. En el preciso momento en que sus vidas se cruzan, los tres necesitan una escapatoria. Aprender a huir es la novela de una búsqueda, movida por una insatisfacción casi congénita, que cifra en la huida el destino de cada personaje.

Alexandra es una chica catalana de origen ucraniano. Tiene fama de ser divertida, sus compañeros y compañeras la aprecian, aunque no siempre comprenden sus manías, un poco insólitas para la mayoría. Esto hace que se sienta diferente y que busque espacios de soledad para disfrutar de sus aficiones. La lectura, lanzar chicle que se quedan enganchados en el techo de la habitación o la música de la cantante islandesa Björk, se convierten en sus aliados para construir un mundo paralelo en el que poder vivir. La amistad con una chica argentina que tiene un pasado difícil hará que su mundo personal se tambalee, sobre todo cuando le descubre en Internet una página de bookcrossing, una web de gente que libera libros para que otros los encuentren. Ambas entrarán en contacto con un misterioso personaje que, tras anunciarlo en la red, abandona en los cafés de l’Eixample libros de la poetisa argentina Alejandra Pizarnik. La lectura de esta autora cambia la forma de ver las cosas de Alexandra, quien, mientras investiga la verdadera identidad del personaje, irá descubriendo los secretos de su nueva amiga. Una historia emocionante que nos habla de los misterios que todos llevamos dentro y de cómo podemos compartir con otros nuestras pasiones más secretas.