Blog de Bruno

Yo no juego al ajedrez, aunque siempre ha despertado mi curiosidad, pues me parece un juego para gente inteligente. Mi padre intentó enseñarme de pequeña, pero no me enganché, y ahora me arrepiento porque es un juego de estrategia, y, cada vez, veo que ser estratega es básico en la vida. Por eso cuando esta joven autora, Adriana Hernández Planillas, me presentó un libro donde aplicaba las técnicas del ajedrez a la vida pensé que habíamos dado en el clavo.

Podemos ser estrategas de nuestra vida, pues el tablero de ajedrez es una lúcida representación de lo que es el juego de la vida. Hay logros que precisan avances pequeños y humildes, como los del peón, otros que solicitan pasos seguros y contundentes como los de la reina. Hay perdidas y retrocesos, pero también cambios de estrategia que nos devuelven el control de la partida, el poder de nuestro destino, exactamente como en la vida. Las 64 casillas del tablero nos ofrecen una lección vital.

Para comprender este libro no hace falta ser experto en ajedrez para comprender este libro, porque simplemente es una manera de despertar el estratega que todos llevamos dentro, que quizás esté dormido o apagado. Si a la vida le pones estrategia, estamos seguros de que el camino puede que no se haga más fácil ni más difícil, pero sí más llevadero, que ya es mucho en esta sociedad que nos ha tocado vivir. Si controlamos el timón de la vida con estrategia, todo fluirá mejor. ¿Quieres aprenderlo?

Después del gran éxito de la serie de Netflix “Gambito de dama”, creemos que un libro como este es una herramienta para los fans de este gran juego, y  para los que no lo son, ya que les abrirá la mente animándoles a jugar o si no a aprender movimientos del juego que son aplicables a nuestra vida diaria y que nos ayudaran a saber cuándo es necesario dar giros a este gran juego de la vida que no deja de retarnos a diario. Por tanto tener herramientas preparadas para estos retos es la gran arma para conseguir que nuestra vida sea tal como nosotros deseamos, así que sin más palabras, vayamos a por ello.  ¡Que siga el juego!

Hay personas que nacen para reivindicar, que no se conforman, y tienen espíritu luchador por aquello que consideran justo. Pese a que las palabras igualdad y justicia son dos vocablos que, aunque sepamos bien su significado, cada uno las interpreta de manera libre y desde diferentes perspectivas.

Cuando leí la novela de Ana Alonso, su primera novela para adultos, me enamoré de Adela. Una mujer fuerte que nació en la Barcelona obrera y luchó por la igualdad y por un mundo más justo. Es maestra, lectora compulsiva, costurera para ganarse la vida y madre soltera e imperfecta.

La autora nos sitúa a finales de la década de 1940. Sin renunciar a la crítica política y social, devuelve el color a unos años que imaginamos en blanco y negro, como las imágenes del NODO. En plena posguerra, para Adela encajar en la sociedad provinciana de León, en el ambiente cerrado y asfixiante de un pueblo de montaña, o en el Madrid gris de escombros, resulta doloroso. No se adapta a vivir en la sospecha, a que la miren de reojo o a mantenerse siempre en guardia frente a los delatores mientras los suyos se consumen en la guerrilla o se colocan la máscara del Régimen y piden «té especial» en las cafeterías de moda.

Sin embargo, ella llegó a León porque su vida se le truncó en las Montañas del Pirineo el día que se perdió la guerra. Adela nunca llegó a comprender lo ocurrido ese día. Hasta que empieza a encontrar respuestas en el lugar más insospechado: las páginas de la novela romántica Una mancha de carmín. Las claves ocultas en la historia parecen contener una invitación para recuperar los colores de aquella revolución soñada. Pero ¿qué margen le queda a una maestra represaliada para luchar por una sociedad mejor? A través de Adela, de Carmen, de Mercedes, de Federica Montseny o de Gloria Fuertes, Ana Alonso nos lleva al mundo encorsetado de las mujeres de la primera posguerra y a la España en blanco y negro de los años cuarenta, llena de secretos, máscaras, mentiras que se exhiben y verdades que se ocultan.

Una historia donde el marco histórico es parte de la novela y el feminismo lo que mueve a Adela a seguir adelante con la ayuda de la lectura, que es uno de los puntos clave de este relato que va dirigido a ser una de las obras que cautivará al público femenino en general porque mezcla tres ingredientes de los que siempre funcionan: mujer valiente, amor, y libros. ¿A qué esperas a leerla?

Muchos de nosotros vemos la historia como una asignatura del colegio que para un gran grupo de alumnos es un tostón y, para otros, es una materia que despierta curiosidad porque analizar los porqués del pasado. Ver que la historia se repite tiene algo que os despierta interés. Reafirmar que el ser humano no aprende y que el pasado debería ser una hoja de ruta en vez de hechos que han ocurrido sin consecuencias. También hace que una parte de nosotros reflexione sobre ello para no caer en errores que ya vivimos, y potenciar aquello que hemos visto que funciona.

José Antonio Lucero, maestro y youtuber, cree que la historia es divertida y con su libro “Por qué los primeros emojis se escribían en arcilla y otros porqués de la historia” nos relata esa parte anecdótica e intenta responder a los PORQUÉS tan básicos como ¿por qué usamos emojis?, ¿por qué nos gustan más los dulces que las acelgas?, ¿por qué guardas tu paga en una hucha?, pero también hace un recorrido por la historia a través del punto de vista de niños y jóvenes de cada época. Estoy segura de que hubiera comprado este libro en mi época de estudiante. ¿Y tú?

En el sector editorial hubo una serie, hace ya muchos años, que vendió millones de ejemplares. Se titulaba “Esa horrible historia”, cada volumen explicaba una etapa de la historia de manera divertida, fue un éxito internacional; nosotros nos hemos propuesto repetirlo con este libro, que, desde una visión renovada y moderna de un profesor joven y youtuber nos desvela los grandes y pequeños PORQUÉS de nuestra historia.

Si hoy en día aún se tiene que reivindicar el papel de la mujer en muchos sectores de la sociedad, imaginad durante la Época Medieval lo que se tenía que hacer para que se valorara el papel que la mujer tenía en la sociedad. La mayoría aceptaba su papel secundario de estar al servicio del hombre, pero siempre han existido las mujeres inquietas, luchadoras y reivindicativas. Uno de los pocos oficios que regularmente llevaban a cabo las mujeres fuera del hogar era el de asistencia al parto. El trabajo de comadrona era conocido, a lo largo de la Edad Media, como una tarea exclusiva o a menudo complementaria en la vida de estas mujeres. Las niñeras y nodrizas de las clases acomodadas también podían ser profesionales. En el siglo XII se recogieron consejos para poder hacer estas tareas en los textos llamados Trotula, donde también se recopiló una amplia información sobre la medicina de las mujeres. Los textos de la Trotula se consideran el “montaje más popular de materiales sobre medicina femenina des de finales del siglo XII hasta el siglo XV”.

La protagonista de Cabellos de Escarcha, la nueva novela de Teresa Sagrera, publicada por Columna, fue una curandera, comadrona y curadora que vivió en Vila Major en el siglo XIV. Perseguida por bruja y envenenadora, buscó refugio en el Castillo de Montsoriu, propiedad de una de las estirpes más poderosas del Principado. Allí conoce a Bernat II, el vizconde de Cabrera, que llegó a ser el primer consejero del rey de la corona de Aragón, Pere III. Pero a menudo la vida nos demuestra que un hilo muy estrecho separa la gloria de la derrota, y las envidias y la lucha por el poder pueden cambiar la vida de las persones en un abrir y cerrar de ojos.

Novela histórica de corte clásico, en la que el personaje femenino tiene mucho que contar, donde hay una historia de amor y todos los ingredientes necesarios para engancharnos a esta época que gusta a tantos lectore. De la mano de Teresa Sagrera descubrimos los castillos de la zona (situados en el Montseny), la vida rural y la sociedad, siempre dividida entre nobles i plebeyos. Un tiro seguro para los amantes del género.

Buscando en el diccionario la palabra LIBERTAD encuentras: facultad y derecho de las personas para elegir de manera responsable su propia forma de actuar dentro de una sociedad.

Leyendo la nueva novela de Alejandro Palomas sientes la libertad de sus personajes de manera tan contundente, que cuando la terminas tienes casi la necesidad de volar, de sentir el viento en las mejillas y de hacer eso que realmente tu cuerpo te pide. Sabemos que todos los mundos de Alejandro mueven lo más importante en los seres humanos, los sentimientos, y en esta novela no solo eso, sino que además nos da alas para perseguir nuestros sueños y ser libres.

No puedo negar que Alejandro con el nuevo mundo que ha creado, en el que habla sobre una historia de amistad en la madurez entre un hombre y una mujer, me ha sorprendido gratamente. Jon, cuidador de elefantes en el zoo, y Edith, viuda de Andrea y dueña de once gatos, viven en una aldea abandonada. Vecinos solitarios primero y ahora buenos amigos, ninguno de los dos imagina que la noche en que la vieja veleta del campanario gira sobre sí misma el ojo del tiempo se posa sobre la aldea y la vida de ambos está a punto de girar con ella.

El amor entre un hombre huérfano y una callada elefanta llamada Susi, una niña japonesa con nombre de pájaro que habla con los flamencos, una madre y una hija que se buscan desde que el tiempo las despistó, un abuelo cuyo conjuro familiar será ley, una hora de la noche —«la hora trémula»— en la que pasa todo y todo queda. Un país con tu nombre es el sueño más valiente de dos almas que aspiran a convertir el mundo en un lugar mejor. Una historia sobre el amor en mayúsculas, la honestidad con los propios sueños y sobre la libertad llevada a su expresión más pura.

Cada vez que Alejandro Palomas me entrega un nuevo manuscrito siento vértigo, porque sé que me va a tocar la fibra. Esta novela me ha dejado enamorada por tantas pequeñas cosas, que son en realidad grandiosas, que no sé explicar con palabras lo que sentí al terminarla. Como cada novela de Palomas, me ha dejado un poso dentro que es difícil de expresar y que necesito tiempo para digerir. Una gran novela de este autor que es pura emoción, y que cuando te metes en su mundo, es imposible salir, no porque no puedas, sino porque no quieres.