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Siempre hay esperanza

Autor: Bruno jueves 9 noviembre 2023

Me toca hablar de otro libro de Francesc Miralles, pero esta vez juvenil. Este autor empezó escribiendo literatura juvenil y no ha abandonado esta faceta, por la cual ha tenido también muchos éxitos, como su primer libro Un haiku para Alicia, ganador del Premio Gran Angular 2002 (convocado por la editorial Cruïlla), o Retrum, que movilizó autocares de fans vestidas de negro para que Francesc les firmase el libro. Verdaderamente Francesc Miralles es un sabio dentro del mundo de la literatura, y por esta razón, que no abandone a los jóvenes es vital, dado que novelas como JOHANNA Y EL DR. FRANKL son de aquellas que entran solas, que te relatan una época ―en este caso dura― y una posguerra, pero siempre con un mensaje de esperanza que, hoy en día, todos los jóvenes necesitan porque, hablando con varios expertos en psicología y psiquiatría, nos han afirmado que lo que sienten es desesperanza frente a este mundo. Por un lado, no me parece nada extraño, les puedo entender muy bien, les hemos creado unas expectativas que no son ciertas: cada vez que oyen alguna noticia sobre el mundo ―si se paran a escucharla― se encuentran con un planeta a la deriva con dos guerras abiertas y con un cambio climático que avanza y que nadie quiere poner las medidas necesarias para cuidar el lugar donde ellos deben crecer.

Sin embargo, siempre ha habido tiempos convulsos y se han superado, por eso esta novela, sencilla, tierna y dura a la vez, nos relata la historia de Johanna que, aunque vive una situación horrible, que no puede ser peor, descubre la esperanza gracias a dos personas que encuentra en su vida de manera casual. Aquí os dejo un corto resumen de esta novela:

En 1948, tras la Segunda Guerra Mundial, Viena está destrozada. Apenas hay comida y cuesta encontrar empleo. Johanna, a sus dieciséis años, aspira a trabajar de camarera en una cafetería; debe mantener a su madre, hundida en la depresión desde que su padre murió en el frente. Cuando es despedida, el mundo se le cae encima. Sin embargo, ese mismo día un encuentro casual con un psiquiatra que sufrió la persecución nazi y con un joven norteamericano que la entrevista para un artículo, le ayudarán a encontrar la motivación para vivir.

Supongo que en el ADN de Francesc siempre existe un IKIGAI, esa razón para levantarse de la cama cada día, y por lo tanto una motivación para vivir y no perder la esperanza. Esta novela estuvo como una de las finalistas del premio Edebé, y fue una pena que no se llevase el galardón, pero espero que, igualmente, entrando en el circuito de escuelas, sea una lectura que motive a los jóvenes a ver esa luz que necesitan y a entender que los problemas no son grandes ni pequeños: cada uno tiene los suyos y todos son respetables, y que, lamentablemente, hay situaciones extremas que nadie quisiera vivir pero, incluso después de algo tan difícil como vivir una guerra, la pérdida de un padre o no tener dinero para comer, que eso existe y es real, siempre hay un camino para construir, y una luz verde que nos espera en ese camino.

Johanna y el dr frankl

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