UNA GRULLA DE PAPEL
Esta semana he vivido dos situaciones que me han impresionado, ambas diferentes, pero que creo que están unidas de algún modo mágico. El martes pasado, presentamos en el IESE el libro LA PUERTA DE LOS TRES CERROJOS de Sonia Fernández Vidal, y me impresionó ver una sala grande, pero llena de gente, que estaba feliz, contenta por la publicación del libro de Sonia y que querían ante todo darle su apoyo incondicional. Me sorprendió el ambiente diferente que Sonia supo crear, junto con dos presentadores de lujo, Francesc Miralles y Álex Rovira, y con la sala tan llena de gente del mundo de los negocios y del mundo científico, pero todos unidos por un libro. En una novela que nunca pensé que pudiera engancharme de la manera que lo ha hecho, Sonia ha sabido mostrarnos la física cuántica a través de las palabras, mezclar ciencia y letras de una manera magistral, y no separar dos mundos que muchos veces pueden y deberían viajar unidos. Yo siempre he sido una mujer de letras, y de las purísimas, así que las matemáticas y ya no digamos la física eran asignaturas de aquellas que quieres olvidar, pero Sonia ha sabido cómo indicarme el camino para que no siga viendo tan complicado el mundo racional y a través de la aventura de Nico nos va enseñando diferentes conceptos que al final llegas a comprender, incluso alguien como yo, que la física fue uno de mis talones de Aquiles. Hasta aquí os puede parecer una presentación al uso, pero os aseguro que el ambiente respiraba un aire positivo que cuesta de explicar, y al final de la presentación Sonia nos explicó que todos los humanos estamos entrelazados, de alguna manera u otra, y así si todos creemos en algo podemos hacerlo crecer hasta hacerlo realidad, y con esta última frase me quedé y la uní a la otra situación que me ha conmovido esta semana, que es la historia que ha circulado en la red sobre Sudako Sasaki y sus grullas. Siguiendo una maravillosa leyenda japonesa según la cual si una persona hace 1000 grullas de papel, se le concederá un deseo, ella intentó hacerlas para superar su enfermedad provocada por la bomba de Hiroshima pero DESAFORTUNDAMENTE se quedó en la 644. Esta leyenda ha provocado una cadena de gente, que se ha dedicado a hacer grullas y enviarlas al Japón para ayudarles a superar su difícil situación, y de paso pedir LA PAZ EN EL MUNDO, cosa que todos deseamos, pero quizás nunca creemos que podamos hacer algo por conseguirla, pues quizás con pequeños actos como hacer grullas de papel, conseguimos esta unión física que Sonia nos planteaba, y hacemos crecer como la espuma la magnífica idea de que podemos vivir en un mundo de PAZ.
Booktrailer La puerta de los Tres Cerrojos:
http://www.youtube.com/watch?v=QQEfftNiEM0
Las 1000 grullas de Papel:
Hola Bruno: Yo también creo que la vida teje, con hilo invisible, lazos entre los seres humanos. Personalmente he tenido muchas experiencias que confirman esto que digo. A todos nos pasa, sólo debemos prestar atención. Tomo nota de las recomendaciones Bruno.
Un abrazo.
Me uno a los que creen que la magia existe: en las palabras, en la imaginación, pero también en la realidad que se esconde detrás de las cosas que no alcanzamos a ver con nuestra vista imperfecta, como explica el libro de Sonia, o también en la fuerza del amor que se esconde tras de iniciativas como la que nos mueve ahora a unirnos a Japón. Seamos Niko o Sudako, Bruno o Pat, todos tenemos ese hilo invisible, esa magia, al alcance de nuestra mano.
Se supone que el quid de la vida mundana es la purificación, que se consigue obrando honestamente en un mundo corrupto y violento: si así fuera, el día que la paz reine en el mundo, éste dejará de tener sentido y desaparecerá.