El domingo se celebra el Día de la Madre, otra de esas fiestas, como coherente que soy, que pocas veces celebrábamos en casa porque siempre he pensado que son más comerciales que otra cosa, pero como ya dije en mi blog de San Valentín, mejor que la gente se anime y haga regalos a los demás, sean o no materiales. Además, el refranero español lo dice bien claro: MADRE NO HAY MÁS QUE UNA, y eso es totalmente cierto, a pesar de que debido a las muchas separaciones que hay hoy en día, puede que muchos tengan doblete, pero estoy segura que la mayoría de los que leáis este blog pensáis que tenéis la mejor madre o madres del mundo. Yo lo pienso, y lo reitero. La mía es la mejor, y no me avergüenza decir que la quiero, y mucho. Siempre ha estado a mi lado, y no ha querido ser mi amiga, sino mi madre, y aunque muchas veces ha actuado como amiga, ha sabido que una madre es una madre y debe ocupar ese lugar. Y confieso a través de mi Brunocazalibros que cuando una misma es madre, todavía valoras más a la tuya, porque sabes y ves lo que es tener un hijo y lo que eso conlleva, que son muchas cosas buenas, TODAS BUENAS, pero también hay momentos, situaciones y etapas buenas, pero complicadas. Existe una dependencia especial hacia tus hijos, que además, yo que soy madre sufridora, debes aprender muy mucho de la vida para poder educar de una forma coherente, y convivir con la vida sufriendo lo menos posible. Ser madre compensa, pero las épocas complejas, cada una es como una prueba que hay que superar, se pasa mal, y ser padres, ya hablo en plural, no es fácil, y nadie te enseña. Por suerte, yo tengo unos padres maravillosos que me lo han puesto más sencillo al poder seguir su ejemplo, y sé que no todo el mundo puede decir lo mismo, porque por desgracia hay gente que no se lleva bien con sus progenitores, pero tener unos buenos padres es un tesoro que hay valorar mucho y disfrutarlo cada día de la vida, y saber decirles TE QUIERO, porque la vida es corta y el futuro incierto, así que CARPE DIEM! Y felicidades a todas las madres del mundo, que luchan y mucho por sus familias y por poder llegar a todo en una sociedad donde no es sencillo compaginar casa, familia y trabajo. Así que doble felicitaciones para todas ellas.

Y mi recomendación de esta semana no puede ser mejor, es tan especial como bonita, dado que recomiendo uno de mis autores, con el que llevo trabajando ya muchos años, y al que admiro como escritor y persona. Su nueva novela se titula UNA MADRE, nada más y nada menos, y su autor Alejandro Palomas, que al más puro estilo “Palomas” sabe retratar a la perfección ese mundo real, que es tan entrañable como duro, con una matriarca potente y contestona, a la vez que dulce y protectora. ¿No somos todas así? ¿Tenemos algo de esta madre que Alejandro nos retrata tan bien?  Él sabe tocar donde duele, donde tienes cosquillas, donde echas esa gran carcajada o ese mar de lágrimas. Es preciso, meticuloso, justo y pulcro, pero su pluma llega tan hondo que te deja huella, y de estos libros hay pocos, como bien sabéis, y con esta nueva novela, creo que por la temática, que recuerda una de esas comedias francesas que tanto gustan a todos los públicos, nos llegará al corazón de todas las que ya le leemos, pero ampliaría público a las que todavía no han descubierto a uno de los grandes escritores que saben cómo abrir el corazón, sobre todo femenino, y quedarse allí para siempre. Una novela entrañable y dura a la vez, con una portada espectacular, gracias al gran trabajo de una magnífica editorial como es Siruela, que aporta un inmenso valor a este texto. Palomas-Siruela es ya binomio ganador antes que nadie diga nada, pero la red ya va llena de buenísimas críticas para esta nueva novela, en la que Alejandro ha dado un paso adelante sin ninguna duda. Felicidades autor, felicidades amigo. Y tú lectora/lector, ¡no te la pierdas! Este fin de semana largo es ideal para empezarla y terminarla, no podrás parar de leer porque te engancha de principio a fin con una fuerza arrolladora.

Canción de la semana: Stand by me, Ben E. King.