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LA NO-NOVELA QUE ME CAUTIVÓ

Autor: Bruno jueves 28 enero 2021

Cada año desaparecen más de 400.000 menores en Estados Unidos de América, según datos del FBI, y en España el 80% de las 16.000 personas que permanecen en paradero desconocido para la Policía, son menores. Cifras escalofriantes que han ido a peor durante el 2020, probablemente a causa de la pandemia disparándose hasta el 21%, según explicaba la fundación ANAR (Ayuda a Niños y Adolescentes en Riesgo). En muchos de esos casos se trata de huidas voluntarias provocadas por casos de violencia, miedo o simple rebeldía adolescente, pero ¿qué ocurre con las desapariciones no voluntarias? ¿Dedicamos el tiempo y los recursos suficientes a investigar sobre ellas?… Así empezaba el artículo que publicaba el Diario Marca para hablar de la novela de Irene R. Aseijas, EL CHICO DEL CARTON DE LECHE, la cual me leí en una tarde y me dejó un muy buen sabor de boca. Sin embargo, no conseguí que ninguna de las editoriales grandes y convencionales apostase por ella, quizás por su estructura atípica, mezclando realidad y ficción, no es una novela al uso y además es muy corta, pero a mí me atrapó, como creo que puede atrapar a muchos lectores que se interesan por esos casos sin resolver, por aquellos que les interesa hincar en aquello que parece que muchos quieren obviar. La autora utiliza como hilo conductor el caso de Etan Patz, cuya desaparición fue noticia en el 79 en Estados Unidos. Etan, con sólo siete años desaparece en el barrio del Soho, donde vivía con sus padres y su hermano, cuando iba a buscar el bus para ir a la escuela. Era el primer día que lo hacía solo, y no regresó. Su desaparición generó tal impacto en la sociedad norteamericana de aquel momento, que el rostro de Etan llegó a aparecer en los cartones de leche para ayudar a encontrarle. Convirtiéndose en un mito para los menores desaparecidos en todo el mundo.

Irene mezcla realidad y ficción explicando casos reales de distintos lugares y épocas. Con una voz periodística relata casos verdaderos no cerrados que se mezclan con la trama del libro, que es el hilo conductor de la novela que nos arrastra a poner atención en el TEMA la desaparición de menores sin dejar rastro, y que la mayoría de las veces son casos que no se resuelven. Irene considera que somos demasiado tolerantes con la desaparición de menores y con esta novela pretende poner el foco sobre este tema para que el lector sea el que juzgue y saque sus propias conclusiones. Una novela corta, pero bien medida, diferente, pero con sentido, con una finalidad clara. ¿Nos gusta mirar hacia otro lado cuando no podemos explicar lo inexplicable? Una reflexión muy interesante para esta novela que, sin ser una novela al uso, es capaz de atrapar al lector y hacerle reflexionar intensamente sobre algo que es una realidad, aunque realmente nos gustaría que se tratara de una ficción.

Por eso os presento a una escritora que me encanta y por la cual seguiré luchando, porque tiene talento y el don de saber lo que quiere. Felicidades, Irene, y gracias, Alejandro Pérez, por darnos la oportunidad de publicar una novela inusual, pero valiente, de estructura inteligente y muy bien escrita, y de leerla con los mismos ojos que los míos sin priorizar el cómo y entendiendo el porqué.

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