Cada mañana me levanto pensando si debería emigrar de este país, porque las noticias de la corrupción generada en los últimos años son tantas y de gente tan variopinta, que va desde la monarquía a los ministros, que dicen que nos defienden y lo único que han demostrado hasta el momento es que nos roban, igual que la gente de la farándula, que no se quedan cortos.

Por esta razón confieso que reflexiono si esta es la sociedad que quiero para mi hijo, y me planteo más de una vez si hay alguna manera de arreglarlo, si existe alguien que sea capaz de tocar el poder y no volverse corrupto, o si la única salida es cerrar los ojos y que vaya pasando la vida, o marchar a un país donde los valores esenciales todavía no se hayan mutilado, si es que existe. No me gusta ser pesimista, y lamento la dureza de este blog porque me encanta vivir en Barcelona, amo esta ciudad y mis raíces, pero no me gusta aquello en lo que la sociedad se está convirtiendo, y siento que la huida nunca es una buena salida, quizás es la más cobarde y no es la solución, sin embargo sí que muchos días me pregunto: ¿hay una solución?

La novela que os recomiendo esta semana es la de Vicenç Villatoro, UN HOME QUE SE´N VA, publicada por Proa, y que explica la historia real de su abuelo, que tuvo que emigrar de Andalucía a Cataluña en los años cincuenta con 60 años ya cumplidos. Una experiencia vital marcada por la guerra y con el sueño de conseguir una vida mejor para sus hijos. Una visión emotiva, minuciosa de la emigración andaluza a Cataluña, pero en definitiva de todas las emigraciones y lo que éstas conllevan, no sólo un viaje real sino también emocional, en el que el ser humano aprende y crece, pero no deja de sentirse prisionero, a veces, de sus necesidades, y tampoco deja de sentir añoranza de sus raíces a pesar de que haya podido formar una familia y sentirse cómodo en el nuevo lugar. Una novela brillante, que nos narra una historia concreta pero a la vez vivida por muchas personas de una generación que sentirán esta historia como propia, y los que no somos emigrantes sabremos apreciar el por qué de muchas cosas y aprender de una gente humilde pero con valores humanos, valiente y con ideas claras, que quizás darían mil vueltas a muchas personas que han podido tenerlo todo pero han perdido lo más importante, la dignidad. Villatoro narra con sentimiento y precisión una novela que forma parte de nuestra historia, y lo hace, como siempre, de manera excepcional.

Un viaje de mil millas empieza con un paso – LAO TSE