LA DEBILIDAD DE LA MUJER FUERTE
El día 25 de noviembre fue el día internacional contra la violencia de género. Se celebró el pasado martes y es una lástima que tenga que haber un día internacional sobre este tema, pero los datos son escalofriantes y cada vez hay más violencia de género y sobre todo, según el diario El País, entre los más jóvenes, y esto asusta, dado que nos indica que en lugar de avanzar, retrocedemos a pasos de gigante.
El 4% de las adolescentes entre 14 y 19 años han sido agredidas por el chico con el que salen y una de cada cuatro se ha sentido coaccionada. Realmente es alarmante que los adolescentes sean capaces ya de llegar a extremos de violencia en etapas tan primerizas de una relación. Sin embargo, cuando los datos indican que este problema afecta a una de cada tres mujeres en el mundo y que la mayoría de los casos tiene lugar en el propio hogar, todos sabemos que los adolescentes son esponjas e imitan lo que ven a su alrededor, sea positivo o negativo, por tanto una reflexión sobre cómo nos comportamos en casa porque todos sabemos que la violencia de género no sólo son las palizas o la violencia explícita, sino también la psicológica, sea en forma de gritos o desprecio hacia una persona, sea hombre o mujer.
Como recomendación literaria quiero hacer un homenaje a los libros que han retratado este año a mujeres fuertes, que luchan por sus creencias y sus ideales a pesar de ir contra corriente y, muchas veces, poner en peligro sus vidas. Como son las mujeres de EL BARRIO DE LA PLAYA/EL BARRI DEL SORRAL (Ediciones B) de Begoña García Carteron, esas Sabina, Ginebra o Elvira, o como Constanza lo es en LA COCINERA/LA CUINERA (Ediciones B) de Coia Valls, o Sara, Aurora o Mariana en DESEO DE CHOCOLATE/DESIG DE XOCOLATA (Planeta/Columna) de Care Santos. Mujeres que se enfrentan a todo en diferentes momentos de la historia, y que demuestran su valentía, su fuerza y su coraje.
A las mujeres les gusta sobre todo salvar a quien las pierde – VÍCTOR HUGO
Debemos de acabar con el maltrato, pero tanto en hombres como mujeres. Porque no podemos olvidarnos de que ellos a veces no son escuchados cuando se les denuncia falsamente, cuando no les dan ni la oportunidad de decir: No hice nada, aprovechándose de ese apoyo legal que tenemos, aunque nunca es suficiente pues se siguen viendo atrocidades por no llegar a tiempo y no debería ser así. Una mujer desprotegida es una victima directa. Esos son los recursos que no se cubren con la rapidez que se debiera. Un abrazo.
Hoy Bruno –falté a nuestra cita del jueves-, me has recordado una frase que anoche leí en Ofrenda a la Tormenta. Decía así: “Una casa no es un hogar”. La frase aunque sencilla me impactó.
Ahora, al mirar la mesa repleta de papeles, la agenda plagada de obligaciones y el teléfono que pronto no dejará de sonar. He pensado en mi hogar. En ese recibimiento cálido que me espera tras la puerta que guarda mi intimidad después de un duro día de trabajo. En ese momento, cuando te descalzas al llegar a casa y caminas de puntillas envuelta en aromas familiares hacia esos besos dulces de los que más quieres y te quieren. Pienso en esa sensación confortable que me ofrece mi casa, dónde pase lo que pase, me siento a salvo…
Y me cuesta, o simplemente es que no quiero porque no puedo, imaginar un hogar convertido en cárcel, dónde la violencia no deja paso a la calma que debería reinar, y las amenazas son barrotes que impiden la libertad…
Bruno, yo también pienso que no debería existir un 25 de Noviembre dedicado a la violencia de género… ojalá en algún momento esa fecha, no sea más que un día cualquiera del calendario.
¡Feliz semana!