Hoy recomiendo Sol naciente. Historias hispano-japonesas, de Ramon Vilaró. Un libro que explica las relaciones entre España y Japón desde su origen hasta la actualidad. Y cómo se mezclan las tradiciones de un país hacia al otro y, sobre todo, nos narra el poder que tiene una gran potencia mundial como Japón para sobreponerse a cualquier adversidad.

El mundo es injusto, una frase que oímos a menudo, porque pasan miles de cosas que no entiendes y que si hubiera justicia, creo que no pasarían. Estamos en plena crisis desde ya hace tiempo y no ha dejado de salir gente reconocida que ha robado el dinero del ciudadano de a pie, de manera encubierta, pero es el dinero que pagamos todos, y no ha pasado nada, se corre un tupido velo y allí se queda. Cada vez hay más familias con problemas para llegar a final de mes, pero no importa, podemos seguir dejando que los que tienen el poder se rían de nosotros y recorten por donde menos hace falta, sin ganas de intentar llegar al fondo del problema. Nadie es perfecto, lo sabemos, pero quizás deberíamos plantearnos que por este camino no vamos bien y tenemos que empezar a pensar cómo y dónde queremos llegar. La gente está crispada, enfadada, con pocas ganas de hacer nada, y si no luchamos, nos quedaremos dentro de este marco que no gusta a nadie. No quiero sentirme como Quijote luchando contra los molinos, pero sí que deberíamos empezar a movernos y a ver que hay otro camino, más largo, más pesado y hasta más doloroso, pero que si no lo cogemos, no llegaremos nunca a un lugar mejor, nos quedaremos en el viejo paradigma inmóviles, cansados, en definitiva, muertos. Aprendamos las cosas buenas de otras culturas, como la japonesa, que frente la adversidad se vuelven fuertes, se unen y luchan por un buen fin común. Aprendamos a ser valientes, a decir las cosas por su nombre y a defender al amigo o compañero a quien alguien ha hecho daño, y no por miedo a perder algo incierto, nos quedemos callados y recluidos en un mundo irreal.