Esta semana es la semana en que se celebra el día de los muertos. En Cataluña coincide con la festividad de la Castañada, una fiesta familiar, de amigos, que espero que no se pierda, porque es otra excusa de reunión, de encuentro, porque parece que últimamente sólo valga lo virtual, ya he escrito un whatsapp, o un e-mail, pero ¿y el calor humano? El poder estar charlando sin prisas con amigos y familia no debería de perderse, y yo lo echo un poco en falta, porque soy la primera que no tengo nunca tiempo de nada, pero me gustaría poder encontrarlo para cultivar la relación personal de nuevo, porque es la que vale, es la verdadera. En esta fiesta, que creo que es sólo catalana, puedes elegir entre comer castañas, boniatos o los tradicionales «panellets», que son pastas buenísimas que se hacen únicamente para celebrar esta festividad.

Antiguamente recuerdo que muchos los hacían en casa, y era también un motivo de fiesta. Mi madre, que siempre ha trabajado, y ha tenido tres hijos para educar, tenía tiempo de hacerlos con una amiga, y se lo pasaban pipa, lo recuerdo, y mucha veces le pregunto de dónde sacaba las horas para hacer tantas cosas, y todas bien, porque yo, no doy ni la mitad, necesitaría estirar el tiempo para poder llegar a todo. Ya sabéis que desde este blog siempre defendemos las tradiciones, vengan de donde vengan, pero las nuestras todavía más, porque son las cercanas, aunque debo confesar que a nuestra fiesta se le une HALLOWEEN, muy tradicional en USA, pero que se ha impuesto cada vez mas aquí, gracias a las películas, las series y al buen marketing, porque es una manera de vender, entradas para fiestas temáticas, disfraces, calabazas etc… No me parece mal, siempre que sepa convivir con nuestras tradiciones y esta no se coma a la Castañada, otra cosa distinta pero de casa.

Para hablar de muertos puedo recomendar hoy una novela magistral, EL CEMENTIRI publicada por Columna y escrita por Gerard Guix. Una novela diferente y bien escrita que, a pesar de lo que pueda parecer, es una historia de amor en una sociedad controlada y sin libertad. En un futuro no muy lejano, Isobel quiere enterrar a su madre, pero en este mundo se ha acabado el espacio en la tierra y sólo los rebeldes intentan saltarse la norma de quemar a sus muertos. Para Isobel, la tierra prometida es un cementerio y Travis, el enterrador, su esperanza. Una fábula futurista sobre la Vida y la Muerte, en mayúsculas, que mira hacia clásicos como Bradbury, Orwell y Poe.

Película: EL RESPLENDOR. Jack Torrance se traslada con su mujer y su hijo al impresionante hotel Overlook, en Colorado, para encargarse del mantenimiento de las instalaciones durante el invierno y también para escribir una novela. No obstante, poco después de su llegada al hotel, Jack empieza a padecer inquietantes trastornos de personalidad y suceden extraños fenómenos paranormales.

Para un fin de semana dónde el miedo es el rey, la película que me ha dado más miedo, de las que considero bien hechas, ha sido esta. Pasé dos noches sin dormir viendo la cara de Jack Nicholson a todas horas. Así que tres días de fiesta con película, novela corta pero extraordinaria y castañas no está nada mal para empezar el mes de noviembre, dónde parece que el frío llega y con él esos ocres preciosos que nos hacen pensar ya en tardes cortas pero intensas.