Blog de Bruno

Faltan tan solo cuatro días para Navidad y para empezar un pequeño descanso, que la mayoría agradecemos después de afrontar el último trimestre del año. Ahora toca recordar todas las cosas buenas que hemos vivido y agradecerlas, y coleccionar esos momentos y colocarlos en nuestro álbum de la vida para no olvidar. Para mí el 2017 ha sido un año de reencuentros con amigos de la adolescencia y con amigos que por diversas razones parecía haber perdido y que he podido recuperar, que vuelven a estar a mi lado. Tengo una segunda oportunidad que la vida me ha regalado y que no pienso desaprovechar, porque a medida que pasa el tiempo valoras más a todos aquellos que te rodean, y eliges mejor a quien quieres tener a tu lado y a quien no.  Por esa razón, tener a una de mis mejores amigas otra vez en mi vida es un regalo, haber podido recuperar una amistad truncada, también lo es, y poder ampliar la lista de nuevos amigos, aquellos que han demostrado que están siempre y con los que hemos compartido momentos de todo, es el colofón para bautizar al 2017 como el año de la amistad. Como en la novela de Care Santos, MEDIA VIDA, ganadora del Premio Nadal solo empezar el año, los reencuentros con amistades del pasado siempre remueven emociones para bien o para mal.

El 2017 ha sido, también, un año de superación, de trabajo personal conmigo misma, y gracias a libros como TÚ PODER NINJA de Eva Sandoval he podido ser más flexible conmigo misma y entender mejor que no hace falta luchar para conseguir tus sueños. También ha sido un año de aprendizaje, de búsqueda, y con la ayuda del libro de Francesc Miralles y Héctor García, IKIGAI, he encontrado eso que me motiva a moverme de una manera determinada en la vida. Y en esos ratos de placidez lectora me han acompañado personajes brillantes como Guille y Amalia, que Alejandro Palomas ha creado para que entren en nuestras vidas y se queden allí, o Rebecca, la protagonista de la novela de Bárbara Alves con la que me he reído como nunca con un bote de Nutella en la mesita de noche. Y muchas más novelas trepidantes como las de Paz Castelló, Núria Pradas, Susana Rodríguez Lezaun, Carmen Conde, Esther Sanz , Gabriel García Oro , Sílvia Tarragó o Xulio Ricardo Trigo que han llenado este año de buenas lecturas, aportándome cada una de ellas algo bueno para esa cajita de recuerdos que junto mis vivencias cerraran el 2017 con una sonrisa. Porque los libros son mis compañeros de viaje en todos los sentidos, y me siento afortunada de poder estar rodeada de este regalo a diario.

Mi recomendación de hoy es que estas navidades no falten libros en ninguna casa, son uno de los mejores regalos que podemos hacer, porque leer es vivir, entender, educar, disfrutar, reflexionar y divertirse. Así que os dejo el mejor catálogo para que podáis elegir un libro para cada persona querida, seguro que os lo agradecerá.

¡Feliz Navidad y un maravilloso 2018 para todos!

Cada año al llegar las fechas navideñas cuando las calles se iluminan, los escaparates están llenos de árboles de Navidad, con decoración de color rojo y nieve blanca, me entra nostalgia y a la vez las ganas de vivir otra Navidad en familia. No puedo negar que nuestra familia vive estas fechas con ganas, siempre hemos estado unidos, y a medida que nos ha ido faltando gente en la mesa las hemos seguido disfrutando. Confieso que ha habido un cambio, que yo achaco a la madurez, al hacernos mayores, cuando sabes que esa magia que nos habían explicado de pequeños no es tanta magia, pero es algo bonito que haces para mantener la ilusión de los más pequeños y de los mayores, porque en casa seguimos todos creyendo en que hay algo mágico en Navidad. Al mismo tiempo, asumes que habrá cosas que cambiaran, porque la familia crece y disminuye casi al mismo tiempo. Sin embargo, es bonito echar de menos a los que no están, recordarles y quererles como si aún estuvieran, y también es bonito ver que los que estamos seguimos haciendo piña, transmitiendo la misma ilusión a las nuevas generaciones y esa unión que ojalá sepamos mantener siempre. La vida nos da avisos, que debemos saber escuchar, y este año sé, que más que nunca, viviremos unas navidades espectaculares, todos juntos.

En cambio, los personajes de la novela de Óscar Rojo, Martín y Marga, de quince y doce años, no pueden vivir estas Navidades maravillosas, como mucha otra gente. Algunos porque no les gusta, y es su opción y por tanto respetable, y otros porque realmente no pueden, como es el caso de estos dos protagonistas. Ellos se quedan huérfanos y dejan su pueblo natal para dirigirse a Madrid en busca de su padre biológico pero cuando llegan a su destino, debido a una sucesión de infortunios, acaban abandonados a su suerte en mitad del frío invierno. Una indigente les enseña cómo sobrevivir en las calles… EL PUENTE DE LOS TESOROS es la ardua y sobrecogedora odisea de dos hermanos que luchan por sobrevivir en un mundo hostil marcado por el interés y la degradación. Seguro que no les da tiempo DE pensar en la Navidad, porque el autor radiografía la otra cara de la moneda, cómo viven la mendicidad en las grandes ciudades, y que ser mendigo a veces lo heredas, pero muchas otras veces no, aunque la mayoría pensemos que no se puede pasar de tenerlo todo a la miseria.

En esta novela descubres que no es así y que ese submundo está cargado, también, de negocios lucrativos y mafias corruptas, aunque también existen las buenas personas que pueden ayudarte, aunque siempre con ese espíritu animal de supervivencia que hace que las cosas se vean más gélidas porque vivir bajo el puente que muchos eligen para suicidarse, es sólo para quedarse con lo que ellos ya no necesitaran. Una novela dura, quizás poco navideña, pero a la vez entrañable, y creo que muy recomendable porque no deja de ser una historia de superación  donde la unión de dos hermanos es vital para poder seguir adelante a pesar de todo. Una nueva pluma de escritura ágil, de la que te atrapa, y de la que acabas encariñándote por lo bien manejada que está. Felicidades Óscar por este debut brillante.