El fin de semana antes de marchar a Frankfurt siempre es una locura, me faltan horas por todas partes, y suelo ir a la agencia, cuando no hay nadie, y al abrir la puerta, con todo oscuro, y en silencio, me paro en la misma puerta y escucho la nada. Casi no puedo creer que esta pequeña fábrica de sueños la he montado yo, con la ayuda de un equipo, que siempre ha estado al pie del cañón, porque una sola no es nadie si no cuenta con el apoyo de gente importante y, en este caso, yo tengo la suerte, que los importantes son mi familia, aquellos que nunca fallan. Mi madre des del inicio, ha sido pionera conmigo de este proyecto, que vimos nacer y estamos viendo crecer, y después mi hermano, siempre a mi lado con un apoyo incondicional, en los buenos y en los malos momentos. Y por último mi padre, que no necesita presentación porque ya se ha metido al mundo editorial en el bolsillo, y mi hermana, la última en subirse al barco, pero la que me ha ayudado a poner el rumbo en la dirección correcta, porque a veces es fácil ‘perderse’ o tener peligro de hundimiento. Sin ellos, no lo hubiera conseguido, y por esto estoy tan agradecida de poder haber llegado hasta aquí junto a ellos.
En la soledad de la agencia, me entra una sensación de orgullo y de vértigo al mismo tiempo. Durante quince años las hemos visto de todos los colores y, realmente, el mundo editorial es un mundo igual de bonito que complicado. Nada es fácil, y el trabajo de estar mediando siempre, diría que es fantástico, porque te mantiene siempre en tensión, no hay un minuto aburrido, pero a la vez es agotador, y necesitas poder tener tus espacios para estar centrada, y no perder la ilusión. En este oficio, es básico que te gusten los libros, que los ames, que sientas una relación mágica con ellos y que trabajes por vocación. Por tanto la actitud es lo que importa. Lo demás se puede aprender siempre que se tengan ganas, y las ganas salen de la actitud personal. Cuando ves un título importante y sientes como las mariposas vibran en tu estómago, es que tienes esa actitud de emocionarte y querer vender aquello a toda costa. Por suerte, cada día, soy capaz, todavía, de poder sentir este cosquilleo mágico, que me mantiene la ilusión activa y, si algún día no lo siento, me preocupo, porque esa es la clave de poder defender a tus clientes con ganas, fuerza y siempre, siempre, con una sonrisa, que ya sabéis que es marca de la casa.
Por eso, os dejo aquí el enlace de nuestro catálogo, lleno de historias que enamoraran a diferentes lectores, y que harán despertar diferentes emociones que seguro que aportarán algo bueno. Porque leer es vida y aporta a cada uno, aquello que en ese momento necesita. ¡Feliz feria! A los que vais y nos vemos allí será un placer atenderos en la mesa 5i y 6i, y a los que no, os contaremos todas las novedades a la vuelta, sin dejarnos nada en el tintero.
