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Blog de Bruno

Sandra Bruna Agencia Literaria

SIEMPRE CONECTADOS

Autor: Sandra Bruna jueves 22 marzo 2018

No cabe duda que las redes sociales hoy en día son una vía de comunicación para los adolescentes y los que ya no los somos tanto. Incluso pienso que a veces las usamos demasiado, porque estamos perdiendo el diálogo cara a cara, el escucharnos. Todo se dice través del teléfono, pero modo escrito, a través de una pantalla, pero sin mirarse a los ojos y sin dar la cara. Por escrito y sin la persona delante, todo parece más fácil pero eso es una arma de doble filo, porque lo que queda escrito, se queda, y no se lo lleva el viento. Además esto conlleva perder esos momentos que tanto disfrutábamos como el quedar con los amigos por teléfono, que te llamasen para felicitarte por tu cumpleaños… ahora solo vale el WhatsApp o Instagram. Cuesta oír la voz de alguien incluso en el trabajo, pues la mayoría de cosas se tramitan por email, que está claro que es más rápido, pero se pierde la calidez, la proximidad y poder sentir a esa persona como más cercana. La palabra, el tono, nos pueden ayudar a conseguir muchas cosas que el email no puede conseguir. Las pantallas son frías y hacen que nos volvamos un poco igual que ellas.

Por eso, la novela DESCONOCIDOS de David Lozano pretende dar la visión positiva y la negativa de las relaciones que se pueden establecer a través de las redes. Para Lara y para Wilde todo tenía que ser perfecto, su primera cita, después de estar un par de meses chateando. Esa noche se conocerían en persona, la misma noche que la inspectora Irene Castells investiga la muerte de un chico con la cara destrozada y una fotografía en su chaqueta. David Lozano jugará con el lector y estos personajes para llevarnos a un terreno pantanoso del que el lector no podrá salir, ya que este libro es un auténtico page turner, como dicen los americanos, porque quieres saber lo que pasa en la próxima página, si ambas historias tendrán relación o caminan en paralelo y además, es una novela que se hace corta, el ritmo es trepidante y sus inteligentes giros para dar esa visión panorámica de lo que significa estar siempre conectados la hacen absolutamente genial. Un Premio Edebé merecido para un gran escritor con una novela que gustará a los jóvenes, sin dudarlo, y a los mayores también. Una novela de hoy que entretiene por encima de todo pero que también muestra el abanico de lo que está pasando en nuestra sociedad donde un like más o menos hace mucho daño. Gracias David por saber hacer un thriller tan voraz con el cual también se aprende.

EL GRAN VALOR DEL TIEMPO

Autor: Sandra Bruna jueves 3 noviembre 2016

Todos dependemos, aunque no queramos, del tiempo. A mí me falta tiempo por todos los lados. Deberían existir los días de 48 horas para poder llegar a todo, y para hacer todo lo que me gustaría. Noto el paso del tiempo con la edad, un año más y, parece que las horas vayan cada vez más rápidas, o yo más lenta, nunca sé qué pensar. También intento aprovechar al máximo aquellos momentos que me gustan, que no quisiera que terminasen nunca: los encuentros familiares, los fines de semana con los míos, las horas de deporte, el café con los amigos, las puestas de sol al lado del mar. Los años pasan y sin darnos cuenta nos plantamos con cuarenta y tantos y pensando que es mejor cumplir que no hacerlo.

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Aunque después de leer el libro EL LADRÓN DE MINUTOS de David Lozano, pensé que quizás no estaría nada mal que el día de mi cumpleaños desapareciera del calendario y pudiera parar el tiempo y la edad, y así no tener que preocuparme por esta sensación de que la vida se me escapa de las manos. Pero esto seguro que tendría consecuencias, igual que le pasa a Edu, protagonista de la historia, que tiene diez años y no le parece nada bien que le roben el día de su cumpleaños, y lo que intenta es recuperarlo. Para ello, acude a la Tienda de Cosas Prohibidas, donde consigue la Succionadora de Tiempo, capaz de robar minutos hasta conseguir recuperar un día completo. Parece fácil y, sin pensar en las consecuencias, comienza la caza de buenos momentos… de otros. Así, poco a poco, se convierte en un auténtico adicto a esos minutos de felicidad ajena y deja de vivir el presente. Abandona a su mejor amiga, a sus compañeros, deja de jugar al fútbol, descuida los estudios… y cae en una infelicidad y en un egoísmo del cual no despierta hasta el último momento, cuando se ve obligado a decidir a qué le da valor en la vida.

Una incursión magistral de Lozano en el mundo de los más pequeños, con una historia divertida pero que da valor a los valores y, ya solo por eso, vale la pena no perdérsela.



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