Buscando en el diccionario la palabra LIBERTAD encuentras: facultad y derecho de las personas para elegir de manera responsable su propia forma de actuar dentro de una sociedad.

Leyendo la nueva novela de Alejandro Palomas sientes la libertad de sus personajes de manera tan contundente, que cuando la terminas tienes casi la necesidad de volar, de sentir el viento en las mejillas y de hacer eso que realmente tu cuerpo te pide. Sabemos que todos los mundos de Alejandro mueven lo más importante en los seres humanos, los sentimientos, y en esta novela no solo eso, sino que además nos da alas para perseguir nuestros sueños y ser libres.

No puedo negar que Alejandro con el nuevo mundo que ha creado, en el que habla sobre una historia de amistad en la madurez entre un hombre y una mujer, me ha sorprendido gratamente. Jon, cuidador de elefantes en el zoo, y Edith, viuda de Andrea y dueña de once gatos, viven en una aldea abandonada. Vecinos solitarios primero y ahora buenos amigos, ninguno de los dos imagina que la noche en que la vieja veleta del campanario gira sobre sí misma el ojo del tiempo se posa sobre la aldea y la vida de ambos está a punto de girar con ella.

El amor entre un hombre huérfano y una callada elefanta llamada Susi, una niña japonesa con nombre de pájaro que habla con los flamencos, una madre y una hija que se buscan desde que el tiempo las despistó, un abuelo cuyo conjuro familiar será ley, una hora de la noche —«la hora trémula»— en la que pasa todo y todo queda. Un país con tu nombre es el sueño más valiente de dos almas que aspiran a convertir el mundo en un lugar mejor. Una historia sobre el amor en mayúsculas, la honestidad con los propios sueños y sobre la libertad llevada a su expresión más pura.

Cada vez que Alejandro Palomas me entrega un nuevo manuscrito siento vértigo, porque sé que me va a tocar la fibra. Esta novela me ha dejado enamorada por tantas pequeñas cosas, que son en realidad grandiosas, que no sé explicar con palabras lo que sentí al terminarla. Como cada novela de Palomas, me ha dejado un poso dentro que es difícil de expresar y que necesito tiempo para digerir. Una gran novela de este autor que es pura emoción, y que cuando te metes en su mundo, es imposible salir, no porque no puedas, sino porque no quieres.