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Nostalgia

Autor: Bruno jueves 28 octubre 2010

Esta semana se han puesto en contacto conmigo algunas compañeras del colegio y la verdad es que me ha hecho ilusión porque es con gente que compartes muchas cosas durante un período de tiempo y después, la mayoría, desaparecen de tu vida. Volver a saber de ellos es bonito y a mí me ha provocado parar aunque sea un ratito y recordar aquellos momentos que cuando eres pequeño son tan importantes, como las fiestas de cumpleaños, las confesiones a tu mejor amiga en el recreo, los nervios antes de un examen, siempre compartidos con los compañeros. Para mí es una época dónde la amistad es la base de todo, y mis recuerdos son siempre ligados a estas amigas, a las confidencias, a las largas charlas de teléfono después de haber pasado el día juntas, y ahora mirando atrás pienso que no me gustaría volver a tener 16 años, pero sí a tener la oportunidad de sabiendo lo que sé, vivir esos momentos de nuevo, ya que lo haría de otra manera. Supongo que es un deseo que muchos querrían, pero es sólo eso un DESEO y por lo tanto lo único que se me ocurre, es recomendarle a mi hijo, de ya casi seis años, que disfrute de cada momento, incluso de aquellos que le parezcan malos, porque el tiempo vuela y cada instante es importante y la nostalgia te invade cuando, como yo ayer, recordaba mis días de cole entre pipas Churruca y Sugus de sabor auténtico.

La novela que al leerla me ha hecho ir más despacio, recordar a través de la música, ha sido LA PRIMERA PRÀCTICA de Albert Villaró que Columna ha publicado y que no puedo dejar de recomendarla.

6 Responses to “Nostalgia”

  1. Francine Zapater dice:

    ¡Ay, la adolescencia! A mí se me hace curioso cruzarme con compañeras de clase embarazadas o con hijos, tal como yo. Cuando uno es joven cree que solo crecen los demás, que las responsabilidades y los dolores de cabeza por llegar a fin de mes son parte de un futuro muy lejano. Por desgracia el tiempo avanza a pesar de nuestra pretensión de detenerlo. Yo me alegro de lo vivido y lo sufrido, si no fuera por aquellos años hoy no sería quien soy. Podría ser mejor o peor, pero no sería yo. Bendita nostalgia que nos mantiene cuerdos.

  2. Berta dice:

    Facebook ha conectado de nuevo a mucha gente. Son comunes los grupos de ex alumnos. Es cierto que te invade nostalgia cuando piensas en esos días cuando alguien cuelga una foto de tu promoción: el bocadillo del desayuno compartido entre confidencias en el recreo de un lunes cualquiera, esas fiestas de cumpleaños con patatas fritas y bimbo, los primeros cines los viernes por la tarde…en el colegio vivimos una parte importante de nuestra vida y como siempre estoy de acuerdo con Bruno, la amistad es el pilar en el que se apoya todo.
    Los recuerdos quedan siempre!

  3. Pues hace unos meses, gracias a Facebook, contacté con una amiga del cole. De esas amistades inseparables de la infancia que se quedan muy lejos al pasar al instituto.
    Lo que nunca imaginaba es que la encontraría tan tan tan lejos. Es psicóloga y vive en Italia desde hace 25 años. Quién iba a decírnoslo a las dos. Me hizo muchísima ilusión y sé que a ella también.

  4. Paz dice:

    Yo conservo una amiga del parvulario. Teníamos cuatro años… El mérito, sin duda, es suyo porque es un cielo. Coincido contigo Bruno, en la importancia que tienen los recuerdos, lo vivido, todo ello marca muchísimo nuestra forma de ver el mundo, sin duda. Besos.Feliz fin de semana largo, ideal para leer.

  5. Jo Grass dice:

    Creo que los que conservamos amigos de la infancia, disfrutamos de un magnífico tesoro. No es fácil mantener a flote las amistades a través de los años, los cambios de rumbo o la distancia física; cuando la vida o el trabajo te han hecho deambular por otras ciudades,incluso otros países. Una amistad hay que alimentarla, igual que una relación amorosa; la diferencia es que, en el primer caso, es más fácil que permanezca; en el segundo, hay veces que las emociones enfrentadas, los desencuentros, o el desgaste que produce la convivencia, te hacen perder la batalla.

    Ayer, gracias a Facebook, recuperé a una amiga que conocí en París, tuve la oportunidad de trabajar con ella en México y ahora vive en Nueva Zelanda. Una hora más tarde nos enseñamos nuestro estudio y algunos trabajos a través de Skype.

    Reconozco mi fascinación por lo pequeño y alcanzable que se ha convertido el mundo, gracias a la irrupción de las nuevas tecnologías; aunque recuerdo, con cierta nostalgia, aquellas maravillosas cartas-collage que me gustaba elaborar para los amigos que estaban lejos, plagadas de dibujos, fotografías y relatos de lo que acontecía a mi alrededor; manuscritas con rotuladores de punta fina, y coloreadas con los estupendos lápices Staedtler o Alpino.

  6. Montse de Paz dice:

    Hola, Bruno. Un buen amigo es un tesoro, ¡qué verdad!

    Recuerdo muy bien a mis «muy-mejores-amigas» de la infancia. Una de ellas, especialmente, fue más que eso: mi consejera, mi hermana mayor, un apoyo moral y emocional increíble, no sé si ella fue consciente de lo mucho que me ayudó. Yo era la «cabeza loca» y ella la sensata, me bajaba los humos y me hacía reflexionar… Teníamos telepatía constantemente y sólo mirándonos sabíamos lo que nos íbamos a decir. Luego, con mi traslado a Barcelona, nos escribimos durante años. Y más tarde… se perdió el contacto, hasta que, gracias a la literatura, lo he retomado de nuevo, aunque a golpe de e-mail. Me escribió para decirme que había visto mi libro y lo había comprado. ¡Recordaba que ya de niña era tan fantasiosa como ahora!

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