
ÁLEX NO ES NOMBRE DE CHICO
¿Qué hacer cuando nadie parece entenderte? ¿Qué hacer cuando sabes que tu mundo es otro? ¿Qué hacer cuando tu casa se convierte en la peor de las prisiones? Esas son las preguntas que se hace Álex, acorralada por una familia rota. Su madre, una mujer infeliz y amargada, siempre está dispuesta a reprocharle todo cuanto hace; su padre, un ser ausente, se refugia en el trabajo para no enfrentarse al caos familiar, y su hermano mayor aprovecha cualquier ocasión para menospreciarla.
Álex se ahoga en una realidad absolutamente asfixiante e hipócrita. Álex necesita respirar, necesita poder defender sus ideas sin romper a llorar, necesita creer en algo más. Sólo su amiga Irene y la llegada de Huari a su vida, un joven inmigrante marroquí, parece que va a darle la estabilidad que tanto desea.