Ya ha pasado otro Frankfurt. Mi vida está marcada por las ferias, y especialmente esta, que es  la reina, aunque parece que le peligra la corona porque estaba más calmada y han cerrado pabellones, cosa que indica que hay menos gente. Sin embargo, todavía Frankfurt da mucho que hablar y ver a los editores de distintos países, muchos ya amigos, siempre compensa el cansancio que cada año que, yo, personalmente, voy  notando más. No sé si porque hemos intentando rastrear país por país para buscar nuevas y medianas editoriales que podrían encajar bien con nuestros libros,  o porque pesan los años. Yo diría que quizás son ambas cosas.

Confieso que es una feria que me da pereza, pero cuando estoy allí intento sacar lo mejor de mí y transmitir con entusiasmo las historias que llevamos en nuestros catálogos. Me transformo, como el ave fénix, y con mi mejor sonrisa, hay editores que la identifican, cuento cada argumento de las novelas, aquellos que mis autores han escrito con ese mimo y ese cariño, con el entusiasmo y las ganas de poder conseguir hacer viajar esa historia a los máximos países del mundo.  Por las noches, en el hotel y con el cansancio encima, reflexiono, y pienso en lo bonito y a la vez complicado que es mi trabajo: contar historias a los demás que podrán transportarles a mundos maravillosos, a conocer personajes fascinantes, ese es el poder de la lectura.

La magia de este oficio es saber contar, transmitir y encontrar el interlocutor adecuado porque cuando todo esto confluye, es más fácil llegar al objetivo, pero no significa alcanzarlo.  Por eso es tan fantástico vender algo a cualquier país, es un subidón de adrenalina inexplicable, porque de alguna manera esa historia forma parte de mí y de un sueño compartido con alguno de mis autores. Y hacer realidad ilusiones es algo mágico, ojalá pudiéramos hacer cada día muchas, y que sólo mezclando todos estos ingredientes asegurásemos el éxito. Pero la cosa no va así,  y  por más empeño que uno ponga, hay factores externos que deben también ponerse a tu favor. Sin embargo, no vale rendirse, porque nuestro lema es que hay un buen libro para cada editor, como lo hay para cada lector. Así que nuestra misión, por largo que sea el camino, es encontrarlo. Debemos llevar los bolsillos llenos de paciencia, de ilusión, un poquito de magia y algo de suerte, pero nada es imposible en un mundo donde la creatividad y la fantasía son dos de las armas poderosas que lo mueven, por lo tanto aquí os dejo nuestro catálogo, de nuevo, para que ninguno deje escapar esa historia que cree que debería ser suya.

Encuentra la tuya y pídemela, será una aventura divertida compartirla. Esta es la verdadera esencia de nuestro trabajo y aquí la cultivamos cada día con un equipo maravilloso de gente que cree en lo que hace y que trabaja muy duro para poder arrancar ese “sí”, que a veces cuesta tanto, pero que antes o después llega. Haz un click, entra en ese mundo mágico y elige ese libro que intuyes que debería ser tuyo, porque el olfato editorial es básico y esto también todos los que estamos en este mundo lo sabemos, y por eso le hacemos caso, porque ese “no sé qué pero quiero apostar por esto”, muchas veces es sinónimo de éxito. Atrévete por uno de los nuestros, y empecemos a disfrutar de un nuevo viaje.

«Ver a alguien leyendo un libro que te gusta, es ver a un libro recomendándote a una persona.»