LA FAMILIA PERFECTA
En este blog ya hemos hablado varias veces del tema de los horarios y cómo compaginarlos con la familia y no quiero hacerme pesada con el tema, pero es un día a día que vivimos todos y nos afecta a una gran mayoría. Además, se acerca el verano, y todos andamos como locos intentando ver cómo podemos ocupar a los peques de la casa en algo que se diviertan, mientras nosotros debemos seguir trabajando. Sin embargo estas actividades tienen un coste y no todas las familias pueden permitirse ese lujo. Aquí abriríamos un debate muy amplio y largo, pero lo que creo es que lo tenemos mal montado y deberíamos poder tener unos horarios más llevaderos en nuestros trabajos para poder compaginarlos mucho mejor con un calendario escolar coherente, tanto para los niños como para los maestros, de los cuales se piensa que viven muy bien, y aunque es verdad que disfrutan de algunas vacaciones más que en otros sectores, según mi opinión, ser maestro hoy en día no es un oficio nada fácil. He leído en el periódico que el curso que viene empezará el miércoles día 7 de Setiembre, y yo me pregunto ¿por qué no puede empezar el lunes 5 y hemos de empezar a mitad de semana que es mucho más complicado para todos? Sería lo más razonable y ordenado, pero debe haber algo positivo en esto de empezar a mitad de semana, que yo no sé ver, y los que deciden sí. No sólo debemos hacer cambalaches a partir del 22 de Junio hasta agosto, que es cuando generalmente los mayores podemos coger vacaciones, sino que también debemos hacerlos para los primeros días de septiembre, que además no habrá ni casales ni colonias y muchos deberán cambiar las vacaciones familiares, o incluso dividirlas, para poder solucionar la logística familiar. A mí eso me parece increíble!!!!
De todos modos, hoy quería recomendar un libro que parece contradecirse con esto de que los niños quieren que sus padres y madres lleguen más temprano y les dediquen más horas, pero si lo leéis veréis que no es así, ya que Care Santos acaba de publicar SE VENDE PAPA/EM VENC EL PARE (SM/CRUIILA) en el que justamente la pequeña protagonista se encarga de buscarle trabajo a su padre, que se ha quedado en paro, después de ser una súper estrella televisiva, y decide aprovechar este impasse en su carrera para estar más con ella, e intentar ser el padre perfecto. Nora se da cuenta de lo complicado que es buscar un trabajo a una estrella de televisión, y lo trabajoso que es también encontrar el equilibrio entre su relación perfecta, pero con buenas dosis de humor y defendiendo que todas las familias debemos luchar para poder encontrar esos huecos para poder pasar más tiempo real todos juntos, sin que nadie se sienta encorsetado. Care nos explica que no hay situación perfecta, y que lo mejor es adaptarse con alegría a lo que cada uno tiene y puede hacer en cada momento. Una lectura para niños a partir de siete años que les va a hacer reír y a dar buenas ideas que quizás algunos pongan en práctica.
¡Otro libro buenísimo! gracias por la recomendación, Bruno. Y ojo: es cierto que debemos buscar ocupaciones para los peques, como las lectura interesante, y horarios de compatibilización más racionales. ¿Tan difícil es humanizar esta sociedad, y dejarnos de comentarios de segunda mano y llenos de prejuicios? besos
Jo no entenc com aquest tema continua estant tan mal muntat encara avui en dia, després de tants anys de debat i d’evolució del mercat de treball en què pares i mares estem implicats en feines de 8 o més hores.
Tan difícil és asseure en una taula del Palau de la Generalitat el Sr. Conseller de Treball i la Sra. Consellera d’Ensenyament, i que parlin i discuteixin, i si cal que s’envoltin d’experts i especialistes (que n’hi ha: per exemple la professora d’IESE Núria Chinchilla, encaparrada des de fa anys en treballar sobre el tema de la conciliació), que parlin i parlin i que no s’aixequin fins a posar-se d’acord en temes horaris, i ens expliquin de manera entenedora com es fa aquesta quadratura del cercle que ningú no sap com es resol?
Hi ha coses que es poden resoldre ‘des de sota’, però aquesta algú ens l’ha de resoldre des de dalt, em temo. Jo no crec que aquest sigui un tema que directament puguin resoldre els empresaris, ni molt menys els mestres, ni molt menys els avis i àvies, i encara menys els pares i les seves escarransides butxaques. Hi ha d’haver solucions que si més no ens poden fer imitar països més civilitzats: com s’ho fan?
Jo, alguna vegada, en queixar-me, m’he sentit a dir ‘doncs no haver tingut un fill, si el vas tenir, ara t’aguantes’… coses així.
D’una banda se’ns pressiona per procrear. Si no es decideix donar biberó al nen, s’és mala mare perquè l’alletament natural és una mena de panacea. Però aleshores quan el nadó té 3,5 mesos s’ha d’acabar… si no, la mare és mala professional. O mala mare, o mala professional, sovint totes dues coses… De l’altra, a les empreses no els agrades si ets massa jove perquè tens fills petits o si s’és dona, poden existir embarassos i per tant baixes per maternitat etc; si tens 30 anys vas tant de cul que de vegades has de deixar de treballar un temps; però si tens més de 45 anys, que justament és quan els teus fills ja no et necessiten tant i ja no es posen malalts cada dos per tres, aleshores els empresaris ja no et volen perquè diuen que ets massa gran.
Tot plegat… és com una mena de pel.lícula d’horror.
Per cert: el curs començarà després de l’11 de setembre, ja és oficial. Ho sento Bruno, ni el 7 ni el 5.Un parell de setmanetes més de fer malabarismes caríssims.
Jaumet
Bruno,
No sabes cómo te entiendo. Yo estoy deseando que mi hija comience la guardería para poder dedicarme a escribir sin tener que limitarme a las dos horas de su siesta o a quitar horas a mi sueño aprovechando el suyo. Eso, sin contar todas las demás obligaciones, que para una mujer trabajadora y con familia, son muchas.
En el país en el que vivo los niños sólo tienen un mes de vacaciones en verano, pero en cambio tienen dos semanas de vacaciones cada tres meses. Como ves, la conciliación familiar es un tema que todavía hay que mejorar MUCHO… y en todas partes.
Un saludo y mucho ánimo,
Mónica.