idioma
es
ca

¿EL LISTÓN DEMASIADO ALTO?

Autor: Bruno jueves 23 enero 2014

2BlogBruno23gener

Me levanto temprano para poder tener tiempo de todo, dejar la casa en condiciones, no me gusta el desorden, despertar al peque e intentar que coja el ritmo rápido porque el reloj apremia, además seguramente tendrá que repasar la cartera para no dejarse nada, porque la noche anterior no lo hizo por, también, falta de tiempo.
No debemos olvidar el desayuno, lo más equilibrado posible, y como guinda del pastel, una misma no debería olvidarse del tapa ojeras, por lo menos, y si se puede, de algún retoque rápido, para no parecer la novia de Frankenstein, con señales de haber dormido poco, dado que las horas del día no dan más de sí, y en mi caso, sólo sacando horas de sueño se puede intentar dejar las cosas lo más hilvanadas posibles para que la mañana siguiente no empecemos todos a contrapié el día, que no son nada aburridos, todo lo contrario, parece que vaya, siempre, derrapando en moto de carreras, y además debo tener la mejor de las sonrisas para las reuniones que toquen, el humor más afinado, la cabeza más clara, el poder de convicción agudísimo, y si además puedo incluso estar presentable, por no decir guapa, o por lo menos atractiva, mejor que mejor para conseguir todos los objetivos que al final uno mismo se impone, y por la noche al llegar a casa, agotada, en un break de dos segundos, no hay más tiempo, pienso: ¿vale la pena?

Así empiezan muchos de mis días, y los de muchas mujeres trabajadoras, como yo, que además intentamos no descuidar el gimnasio, ni los amigos, ni la familia. ¿Se puede con todo? ¿Somos capaces de hacerlo y además hacerlo bien? Este es el nivel de exigencia que desde hace ya un tiempo lleva mi vida, pero sé que no estoy sola, y que de otras maneras y en distintos niveles, sé que tanto hombres como mujeres estamos llegando a un ritmo diario que nos dirige a un estado mental de bloqueo, y que nos puede desembocar fácilmente a padecer ansiedad, que es la gran enfermedad del siglo XXI, y que muy tranquilamente la gente nombra, como si fuera algo de lo más normal, pero que es más complicado de lo que parece, y debemos tenerlo en cuenta, porque empieza dando toques de alerta pero puede acabar paralizándote, como al protagonista de la última novela de Gaspar Hernàndez, LA TERAPEUTA (Columna/Planeta), que es ideal para todos los públicos, para todas aquellas y aquellos que se han visto identificados en este pequeño retrato de un día cualquiera, no un día excepcional, y donde Gaspar, a través de sus personajes, nos engancha con una historia bien escrita, que te atrapa de principio a fin, y que a través de su personaje principal, un actor de teatro que parece ansiedad después de haber presenciado un asesinato por casualidad, se bloquea y no recuerda los detalles de lo sucedido. Para solventar el problema acude a una terapeuta con la que una relación profesional acabará en una pasional, en una marco de la Barcelona actual donde, para mí, la ansiedad es la tercera protagonista de esta historia de amor y dependencia que a nadie va a dejar indiferente porque entretiene, aprendes y reflexionas, todo a la vez, pero sin darte cuenta, que es la magia de esta fantástica novela en la que Gaspar nos vuelve a sorprender gratamente con un tema no tratado en el mercado y envuelto de manera genial, como el mejor de los regalos, con una historia que no podrás abandonar hasta la última página, porque con ella estarás descubriendo dos personajes que te lo haces tuyos, y con ellos vives y aprendes aquello que de verdad es importante en la vida, y cómo los miedos son los fantasmas que paralizan a nuestra sociedad, y que debemos vencerlos para seguir adelante.

CANCIÓN DE LA SEMANA: La vida es bella de Noa

3 Responses to “¿EL LISTÓN DEMASIADO ALTO?”

  1. Susana Deseo Libros dice:

    Esta novela parece muy interesante y como bien decís, creo que el hilo argumental plantea un tema que apenas esta tratado.
    Gracias por la reseña.
    Besos.

  2. Ramon Gasch Pou dice:

    Buenas noches Bruno…yo he estado muchos años padeciendo esta ansiedad y este trajín, que como muchos dicen es cuatro más que «estrés». De más joven mi alivio a esta ansiedad eran mis hijos , aunque les podía dedicar pocas horas, lo reconozco. Durante largas temporadas me iba de casa y estaban durmiendo y cuando volvía también. De más mayor mi principal cura son mis dos aficiones-obsesiones: escribir y pintar, pero por delante de ellas también están mis nietas. Ahora dispongo de más tiempo, es cierto, pero continúo escribiendo en el mismo período de siempre: entre las diez de la noche y las dos de la madrugada, como mínimo. Cada dia… Y cuando digo cada dia, quiero decir cada dia. Meterme en mis mundos de fantasía me libera de todos los traumas…aunque reconozco que es una solución un poco difícil.
    Saludos y ánimo…sobre todo ánimo.

  3. Paz dice:

    Entiendo perfectamente esa sensación que tan gráficamente describes de «ir derrapando», yo también la he sufrido hasta el punto de enfermar en un momento de mi vida. Somos de una generación que yo llamo de «la exigencia femenina», empezando por nosotras mismas, que somos las primeras que nos exigimos. Hace tiempo que me planté y opté por la filosofía de vida de «las prioridades». El mundo no se para y yo sigo siendo la misma, eso sí, mucho menos angustiada por ese sentimiento de querer llegar a todo y a todos. Funciona.
    El libro de Gaspar, La Terapeuta, me interesa especialmente, así que me lo anoto.
    Besos.

Deja una respuesta



Uso de cookies

Este sitio web utiliza cookies para que usted tenga la mejor experiencia de usuario. Si continúa navegando está dando su consentimiento para la aceptación de las mencionadas cookies y la aceptación de nuestra política de cookies, pinche el enlace para mayor información.

ACEPTAR
Aviso de cookies