EDUCAR: UNA TAREA COMPLICADA
Qué difícil es ser padre y no meter la pata. Todos intentamos hacer lo mejor para que la educación de nuestros hijos sea impecable, pero no es sencillo, y menos en una época donde los valores han estado arrinconados mucho tiempo y ha pasado a ser más importante ganar, triunfar y tener éxito, que el esfuerzo, la educación y el ser buena persona. Ya hemos visto que este modelo de sociedad no funciona, así que debemos espabilarnos y transmitir a las nuevas generaciones que hay que cambiar el chip, hemos de volver a poner en valor las ganas de hacer las cosas, los retos, la ilusión y sobre todo el esfuerzo, ya que sin él no podemos llegar a ningún sitio. Hoy hay que trabajar el doble para conseguir menos que antes, pero estoy convencida de que todos aquellos que creen en el trabajo, en luchar por lo que quieren pero sin pisar al de al lado, y en buscar alternativas y oportunidades podrán encontrar sentido a muchas cosas que parecen haberlo perdido. Las escuelas deben hacer su función también, pero no podemos dejarles este reto a ellos solos, siempre junto a los padres, hemos de trabajar en equipo, la mejor manera para conseguir objetivos, para intentar llegar o luchar por este nuevo mundo, que todos queremos que sea mejor. Hay que tener ambición para seguir adelante, pero una ambición sana, de las que te ayude a tirar del carro, pero siempre desde la humildad y la honestidad. Si no es así, pienso que no avanzaremos.
Os recomiendo el libro ¿QUIÉN EDUCA A MI HIJO? de Victoria Cardona, madre, abuela, escritora y gran persona, que desde su experiencia nos explica cómo compaginar este arduo trabajo de la educación entre familia y escuela, que no es sencillo, pero arrimando el hombro siempre podemos llegar a esas pequeñas metas que uno tendría que imponerse asumir, por pequeñas que sean. No hace falta correr, sino caminar seguro.
Hoy, como Gatsby Cazalibros que soy, os recomiendo un libro que sé que a quien escribe este blog le marcó una época, la adolescente. Cada noche leía un libro de Enid Blyton, le encantaban los de LAS MELLIZAS EN LA TORRE DE MALLORY, que era un tipo de escuela muy distinta a la nuestra, pero que te permita fantasear en si sería mejor haber nacido en otro sitio para poder saber qué era la mermelada de jengibre, o aprender a jugar al cricket. Las jóvenes de hoy tienen grandes títulos de literatura juvenil para leer, pero hoy me han pegado la nostalgia y pienso que recordar clásicos como LOS CINCO, LOS SIETE SECRETOS o PUK, volverá a muchos a esa época de la adolescencia, donde quizás la lectura nos ayudaba a desconectar.
Hace poco tuve un momento crítico con la educación de mis hijos. Me cuestioné si tal vez estaba educando corderos para vivir en un mundo de lobos. Ahora sé que no, sigo creyendo en la gente y en su capacidad para salir de las dificultades con honestidad y trabajo. El ejemplo siempre es un gran maestro para nuestros hijos, en ello estoy. Besos.
La literatura siempre nos ayudará a desconectar y a crecer…Me quedo con una de tus frases Bruno, la de ayudar a tirar del carro, tener una ambición sana sin fastidiar al de al lado. Hay muchas personas que olvidan eso y solo alcanzan a ver su propio ombligo…
Y asi el mundo no funcionará nunca.
La educación es muy importante, las escuelas han de hacer su trabajo, pero en gran parte somos lo que nos enseñan a ser en casa…Más que lo que nos enseñan a ser, aquello que nos transmiten sin pretender transmitir.
Porque como hijos rebeldes y tozudos a veces es justo eso lo que aprendemos, y no lo que quieren nuestros padres que aprendamos, solo por el hecho de llevar la contraria.
Como hija, creo que es justo lo que vemos de nuestra familia y que no nos imponen lo que nos marca para siempre. La educación escondida y subliminal…Y la literatura siempre pondrá su gran granito de arena para ormar neustro propio camino hacia un mundo más humano y mejor.
Grandes dosis de amor, humildad y fraternidad es lo que el mundo necesita.
Gracias una vez más por recordarnos lo esencial con tus palabras!! Un abrazo Bruno!!
Rebeca.
Pues yo también me crié con Enid Blyton y me los leí hasta la saciedad,sobre todo Los Cinco. Todavía los guardo en mi baul de los recuerdos. En el oscuro fondo de un armario olvidado.
Yo también me crié con Enid Blyton pero aunque he leído la serie de Torres de Malory, no fue lo que más me gustó. Y es que a eso de estar internada no le acabé de ver la gracia… Me gustó mucho más los Cinco, pero sobre todo, sobre todo, la serie Aventura con Jack, Jorge, Dolly y Lucy… Me acuerdo de sus nombres de memoria, y eso que ya ha llovido desde entonces…. Mohoso, rancio y polvoriento como repetía el loro Kiki… Genial.
Eso sí, a mi hijo ni mentarle Enid Blyton. Dice que mucho blablabla pero que no salen armas y que no se muere nadie.
Snif…
Gracias Sandra: He escrito «¿Quién educa a mi hijo?» desde mi experiencia y con todo el cariño del mundo. Son muchos los valores que deseamos fomentar en las vidas de nuestros hijos y muchos los sueños que hemos depositado en ellos. No queremos estar solos en esta tarea. Estamos convencidos de que necesitamos la ayuda del colegio, donde nuestro hijo pasa buena parte del día, de la misma forma que el colegio necesita
la nuestra, al participar e integrarnos en los actos que se organicen.
Entre padres, colegio y alumno, siempre con confianza y con respeto mutuo, lograremos este punto de encuentro que facilita la conciliación entre familia
y escuela para bien del alumno y para que consiga el éxito personal y escolar, y, probablemente, lo que tenemos en mente todos los padres: que sea feliz, una felicidad que obtendrá más fácilmente cuanto mayor sea su formación, intelectual, moral y emocional.
(En Librerias: 11-X-2012)