idioma
es
ca

DESAYUNOS DE CHOCOLATE CALIENTE Y PAN CON MANTEQUILLA

Autor: Bruno jueves 13 marzo 2014

blog13032014

 

Recuerdo muy bien la casa de mis abuelos, donde ahora ya no viven. Era pequeña, pero parece que todavía pueda sentir el olor de chocolate deshecho que hacía mi abuela. Vivían la calle Alzina, en el barrio de Gràcia, y era en unos bajos porque tenían una tienda de hacer hilos, y la parte de delante era la tienda, y la de dentro era su casa, cosa habitual tiempo atrás. Mi abuelo trabajaba a todas horas, y mi abuela lo ayudaba con lo que podía tanto en el trabajo como en casa, venían de una familia obrera, y ellos han sido una parte importante para aprender que las cosas las tienes que trabajar y «currártelas» desde debajo, que nadie regala nada.

Mi abuela todavía vive, y es un lujo para nosotros, un ejemplo, y todavía hoy, con 90 años, intenta complacer todo el mundo, como hacía con mi abuelo, a quién perdimos demasiado pronto, desafortunadamente. Pero fue un hombre muy trabajador y alegre, y uno de sus placeres era el chocolate deshecho, el negro, muy negro, casi cacao cien por cien, acompañado de pan tostado con mantequilla. Y mi abuela compraba una tableta de chocolate, que en aquel tiempo iba envuelta en papel amarillo y era muy gruesa, pero no recuerdo la marca, y se entretenía en cortarla cuidadosamente para después deshacerla y conseguir un chocolate auténtico, que en su casa se disfrutaba cada día, no sólo los domingos, porque era el desayuno preferido de mi abuelo, y mi abuela se lo hacía, por mucho que costara cortar aquella barra de chocolate tan dura antes de empezar la larga jornada laboral. Tengo que decir que yo no he probado nunca otro chocolate deshecho como aquél, parece que todavía pueda sentir la dulzura, el calor y el amor con la que mi abuela lo hacía, y quizás por eso era tan bueno y especial. Todo lo que se hace con cariño, con pasión, al final se acaba notando en el resultado. ¿No se así?

No puedo negar que la recomendación de esta semana me hace una especial ilusión, DESIG DE XOCOLATA, la novela ganadora del Premi Ramon Llull 2014, y escrita por Care Santos, autora con la que llevo ya muchos años trabajando y por eso un reconocimiento como este es doble alegría, como autora y como amiga. La lectura de su novela me ha hecho recordar un momento tan bonito como estos almuerzos de los abuelos, que me crean añoranza y al mismo tiempo nostalgia, porque no creo que, ahora, sepamos disfrutar de las pequeñas cosas como esta, por eso me reafirmo que con la novela de la Care todo han sido magníficas sensaciones, desde la primera página a la última, porque es la historia de tres mujeres a través de un objeto, una chocolatera, donde también veremos tres épocas diferentes de Barcelona, y la historia del chocolate como hilo conductor. Un placer de lectura, para todos los públicos, amantes o no del chocolate, pero a aquellos que os gusta, cuidado, porque a medida que avanzas tienes unas ganas de comer que no pararías. Incluso esto ha conseguido la autora, brillando, como siempre, con una historia dividida en tres partes diferentes pero que desearías que no acabaran nunca.

Merece ser una de las novelas más vendida por su calidad, porque vuelve a hablar de nuestra ciudad, BARCELONA, pionera también con el tema del chocolate aunque no se haya nunca explicado como lo hace Care en esta narración. El chocolate forma parte de nuestras vidas desde que somos pequeños hasta que nos hacemos mayores, hay poca gente a la que no le guste, y es uno de los placeres que siempre piden los más pequeños, y un deseo cuando ya somos mayores. No os perdáis esta novela con una edición espectacular que ha hecho editorial Columna, a quien también tenemos que felicitar porque está haciendo un trabajo de 10 sobre 10 para que esta historia llegue a todos los públicos. Nos chupamos los dedos, en todos los sentidos.

Canción de la semana: A fuego lento (Rosana)

 

One Response to “DESAYUNOS DE CHOCOLATE CALIENTE Y PAN CON MANTEQUILLA”

  1. Mª José dice:

    ¡Qué bonito ha sido leer estas palabras tan deliciosas que me han llevado a un tiempo feliz!
    He recordado el chocolate deshecho de mi madre, el descubrimiento de Proust en mi adolescencia y he decidido a resistirme y evitar a toda costa que mis hijos olviden estas cosas tan entrañables…
    Y bueno; me has convencido para ir en busca de la novela » Desig de Xocolata»
    Saludos,
    Mª José

Deja una respuesta



Uso de cookies

Este sitio web utiliza cookies para que usted tenga la mejor experiencia de usuario. Si continúa navegando está dando su consentimiento para la aceptación de las mencionadas cookies y la aceptación de nuestra política de cookies, pinche el enlace para mayor información.

ACEPTAR
Aviso de cookies