El mundo editorial es atractivo. La gente que no trabaja en este te pregunta sobre cosas internas, sobre los procesos, sobre los autores. Los ojos desde fuera siempre son curiosos, y creen que el mundo de las letras es glamuroso. No voy a decir que no lo sea, pero solo en momentos muy puntuales, porque la realidad, el día a día son otro tipo de momentos.

Cada vez más es difícil encontrar un editor que no tenga que hacer de gestor y mil cosas más que no serían propias de su trabajo, por lo tanto, la figura del editor clásico ha desaparecido. En consecuencia, también se ha perdido el enamorarse de una historia, de un personaje, y querer luchar para que aquello llegue a todo el mundo, sin excusas.

Es evidente que esto no deja de ser un negocio, pero también tiene que ser una pasión que nos siga llevando a querer encontrar aquellos libros que robarán el corazón de los lectores. Muchas veces pienso que cada vez es más complicado hacer esto, pero es lo más bonito de este trabajo y sin dejar las matemáticas de lado, porque no podemos ser inocentes o inconscientes, deberíamos poder equilibrar la balanza para que las letras sean más importantes que los números.

La novela EL ABISMO de Carla Gràcia nos habla de la crisis de un escritor que después de un éxito no tiene más ideas, lo cual puede pasar porque el nivel de exigencia es siempre muy alto por parte del editor y del público, y muchos sienten vértigo. Además, Carla ha hecho que este personaje venga de la nada, de una infancia complicada, una madre que lo abandona de jovencito, y que después del éxito consigue vivir bien en un piso en la Via Augusta. Pero infeliz, ya que su matrimonio y su familia se derrumban.

Octavi Fonseca ha quedado seco de ideas y su editor le propone coger la idea de un autor desconocido para recuperar el trote que está perdiendo. En este mismo momento que este dilema lo hace mal vivir, dos policías aparecen en su casa para anunciarle que su madre, con quien no tenía relación, ha aparecido muerta y con un mensaje para él. Una novela con trama negra que plantea el caso del plagio como herramienta para hablar de cómo nos influencia de dónde venimos, de la creación literaria y su complicada telaraña, y de como las personas más fuertes siempre intentan aprovecharse de las más débiles. Una narración impecable, que consolida una autora con un futuro brillante. Sin ninguna duda, una de las apuestas de la agencia para este otoño, que viene cargado de voces interesantes, frescas y diferentes, para las que es necesario apostar.