Las historias de amor siempre gustan. Es un género que ha triunfado siempre y en cualquier formato. Por esta razón la novela de Laila Karrouch, QUE AL·LÀ EM PERDONI publicada por Columna Ediciones, tiene ya uno de los factores importantes para triunfar: una gran historia de amor entre Jordi y Samira. Ella, musulmana, pero criada en Cataluña, con un padre muy creyente, pero de mente abierta, que quería alejarla de las tradiciones más rígidas que viven las mujeres en Marruecos. Él, ateo, se enamora profundamente de ella, en su primer año de carrera. Aparentemente estas relaciones entre dos culturas distintas ya están aceptadas en nuestra sociedad, pero lo que no se acepta de ninguna manera en la cultura de Samira es que él sea ateo, y no crea en ningún dios. Samira sabe que, ni su padre, de mente más abierta que otros, lo aceptaría, así como el entorno de Jordi tampoco entiende cómo ha podido enamorarse de una chica que, a pesar de estar integrada en Cataluña, sigue las tradiciones musulmanas y va con un pañuelo en la cabeza. Ambos tienen que enfrentarse a sus sentimientos y tomar decisiones, que para ninguno serán fáciles.
 
De una manera valiente, Laila pone por primera vez encima de la mesa el tema del amor entre una persona musulmana y un ateo. En este Romeo y Julieta del siglo XXI, donde Samira y Jordi deberán luchar contra algo muy contundente: LAS CREENCIAS.